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Julia Fernández
Sábado, 28 de junio 2014, 00:47
En apenas dos años el Athletic ha visto cómo cuatro de sus figuras enfilaban la puerta de salida. La última ha sido Ander Herrera, que se ha convertido en jugador del Manchester United para las cuatro próximas temporadas por 36 millones de euros. Su marcha ha sido un duro golpe, pero en Lezama saben bien lo que es quedarse huérfanos de estrellas y sacar la casta para que no se note el hueco.
Así se hizo con la marcha de Llorente, de Amorebieta y de Javi Martínez. Otros tantos culebrones para el club, aunque unos más que otros. El caso más parecido al de Herrera fue el del ahora jugador del Bayern de Múnich. El navarro fichó por los de Guardiola -entonces el entrenador era Jupp Heynckes- siguiendo prácticamente el mismo guión: proclamando su amor al Athletic al tiempo que negociaba su futuro lejos de San Mamés.
Pero ¿hay tantas diferencias entre las salidas de Martínez y Herrera? Si analizamos uno por uno los hechos la respuesta es: sí. Herrera ha sido el encargado de pagar por su libertad. Lo ha hecho dando la cara. Además, este jueves fue el primero en dar cuenta del fichaje en su cuenta de Twitter. Colgó la foto con Bobby Charlton y su nueva camiseta. No hubo lugar para esconderse. Luego, a remolque, el club publicó la nota donde daba los pormenores de la operación. Para entonces, Herrera ya había colgado en Youtube un vídeo: su despedida de la afición.
Corazón rojiblanco
Porque sí, el hijo de Herrerita se marcha, pero no olvida el cariño con el que le abrieron las puertas en el Athletic, ni los gritos de ánimo de la afición: desde la grada, aunque el cielo se abriera sobre San Mamés y lloviera un mar; desde la valla, aunque el entrenamiento fuera a puerta cerrada y no se intuyera si estaba dentro o fuera. "Si por un momento les haces olvidar las desgracias...", se confesaba hace unos meses a este medio.
Su manera de pagar toda esa entrega fue con la grabación, cargada de emotividad, y con una carta que luego colgaría en las redes sociales. "Siempre llevaré al Athletic en mi corazón", recalcaba. Y a los seguidores en el bolsillo. Mucha labia y mirada al frente. Nadie puede reprocharle que se vaya a un club donde le pagan más. Sí, en cambio, que no haya ido de cara. "Si el club quiere que siga, yo seguiré", había reiterado en los últimos meses. Las palabras se las lleva el viento.
El triste adiós del "jugador superlativo"
Lo de Javi Martínez es harina de otro costal. Se marchó también, pero su comportamiento no fue el de un señor, precisamente. Los bávaros depositaron los 40 millones que pedía el Athletic a través de un cheque depositado por el Bayern en nombre del jugador. Eran su manera de llevarse a un "jugador superlativo", como lo definió el entonces entrenador rojiblanco Marcelo Bielsa. Sin embargo, evitaron la imagen que buscaba Urrutia, la del propio jugador entregando el dinero.
Y eso enfadó mucho a la entidad. Eso y que el navarro no dio la cara, ni en privado ni en público. De hecho, el club publicó una nota donde le acusaba de escaparse del entrenamiento para viajar "sin permiso" a Múnich a pasar el reconocimiento. También se le pedían "explicaciones" por no acudir al entrenamiento matinal. Obviamente el silencio fue la única respuesta que obtuvieron. Eso y un fax que el jugador había remitido para dar cuenta de su marcha.
No hubo halagos hacia la afición tampoco. Su despedida se tiñó de negro, que no de luto, con el salto de valla en Lezama como triste final. Tampoco se le perdonó que a su llegada a la ciudad bávara dijese aquello de: "Vengo a ganar títulos". No se sabe todavía qué va a decir Herrera cuando se presente ante la afición del United, pero a buen seguro habrá aprendido de los errores de otros con los que un día compartió vestuario y por los que sacó la cara.
Diferencias en los dos comunicados
Las notas de prensa del club para anunciar la marcha de uno y otro también tienen sus diferencias. Cuando se anunció el fichaje de Javi Martínez, se entreveía cierto hartazgo en Ibaigane. La situación no gustaba al club, pero menos las circunstancias que la rodearon. Se limitaron a dar cuenta de la operación. "Ha cumplido los requisitos exigidos en la normativa aplicable para la válida resolución unilateral del contrato de trabajo", se explicaba.
Y añadía un párrafo más en el que se veía muy claro que el de Ayegui había sembrado vientos y estaba a punto de recoger tempestades. "El Athletic quiere manifestar su decepción por la decisión adoptada por Martínez, al no considerar éste suficientemente atractivo nuestro proyecto deportivo, ya que este club entiende que es consustancial, esencial, para el proyecto Athletic que su primer equipo sea la máxima aspiración deportiva para todos y cada uno de sus jugadores". Ni agradecimientos ni menciones a su futuro.
En el caso de Herrera, los dirigentes rojiblancos han sido algo más benévolos en sus valoraciones. Urrutia ha confesado que le ha decepcionado, sí, pero hay un grado de cordialidad mayor que en el caso del navarro. "El Athletic Club agradece al jugador Ander Herrera su dedicación durante las tres temporadas que ha permanecido en el club y le desea lo mejor en sus futuros proyectos deportivos", dice la nota.
La marcha de un pilar fundamental no es plato de buen gusto, pero si esta se maneja con diligencia, como parece ser el caso, no se convierte en un drama. Herrera podrá disfrutar, ahora sí, de una tranquila recta final de vacaciones.
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