Ahora sí mira hacia arriba

Ha gobernado el conjunto rojiblanco el encuentro desde el inicio. Aunque es cierto que faltaba una pizca de ritmo, quizá porque a estas horas el cuerpo está más acostumbrado a otros asuntos, o por el frío que martilleaba el desangelado Alfonso Pérez de Getafe. Pero el cuadro de Ernesto Valverde se ha adueñado muy pronto del balón ante un equipo que ofrecía muy poco, casi nada. Eso sí, la primera oportunidad ha contado con el sello del local Sarabia, un flojo disparo a las manos de Iraizoz, tras un mal despeje de Balenziaga. Ni siquiera ha sido un susto. A partir de ahí, la pelota para el cuadro rojiblanco. Es cierto, sin excesiva profundidad -la gran tara vizcaína-, sin casi inquietar a Guaita. Dominaba el Athletic, presionaba, con Beñat de nuevo en una versión mejorada, intercambiándose, en ocasiones, con Rico. Pero no llegaban las oportunidad claras: hubo un centro de Rico que se envenenó, una volea de Aduriz que se fue fuera, un tiro de Beñat desde fuera del área que detuvo sin problemas el portero local...

Pinceladas, con esa falta de mordiente que martiriza al Athletic. Sí, ha sellado su meta, pero falta la llegada. Y ha tenido que ser a balón parado. Tras un córner. Botado por Beñat. Rematado a la red por San José. En Ucrania, fue una falta. Hoy, un saque de esquina. Los mismos protagonistas han adelantado al Athletic. Ha entrado el navarro como un cuchillo, aprovechándose también del fallo defensivo de Arroyo. Por delante. Celebración, habitual. Como en Lviv. El símbolo de las gafas. 0-1.

Quedaba mucho tiempo, demasiado, diez minutos para el descanso y toda la segunda parte. Pero daba la sensación de que esa diana era la definitiva. Entre dos equipos que tienen la pólvora un tanto mojada, un gol podía decidir, aunque Beñat ha endulzado el triunfo en la segunda mitad con un gol de falta, respondido de inmediato por Lafita. Eso sí, el balón parado, determinante para un Athletic que careció de peligro por las bandas. Ni Muniain, ni Unai López han estado entonados durante esta primera mitad. El navarro, perdido. Y al joven guipuzcoano, de nuevo titular a domicilio como en Mestalla, le ha faltado su habitual descaro cerca de la línea de cal diestra. La primera mitad se ha acabado con una ocasión de Aduriz. Pero nada.

Tras el descanso, el Getafe ha ido a por el empate. Claro, es que no le quedaba más remedio. Lógico, por tanto, su empuje. Y se ha encontrado con una buena oportunidad en el minuto 5, en el mismo instante que en la primera parte. Ha iniciado Sarabia, con un taconazo para Arroyo, que ha centrado, y Baba, en volea, ha rematado... Pero ha surgido Iraizoz. Se la ha encontrado el portero navarro y ha respirado el Athletic. Menos mal. Por fortuna, la pelota ha ido al cuerpo o, como se suele decir, al muñeco. La escuadra rojiblanca sabía que este triunfo era un tesoro, esa demostración de que quieren mirar más para arriba que para abajo, y se ha limitado a guardar un botín magnífico en un campo que se le ha dado mal siempre.

Hubo alguna arrancada. Pero tampoco con excesiva fuerza. Una contra por llamarla de algún modo de un lento Muniain. Un disparo de falta de Ibai Gómez, que ha vuelto a jugar después de ir a Ucrania, a falta de poco menos de diez minutos para el final. Nada. Sufrir hasta el final con una mínima ventaja. Aunque casi lo minimiza San José con otro córner sacado por Beñat. También por la izquierda, como el de la primera parte. ¡Uyyyyy! Y el de Igorre ha sentenciado eso parecía con un tanto de falta directa. Pero ha respondido Lafita. 1-2. Quedaban poco más de dos minutos. Miedo. Temor. Dos córners para los azulones. Sudores fríos. Pero no. No ha marcado el Getafe. Pues ya está. El Athletic, ahora sí, ya mira hacia arriba.