El Bilbao Athletic afronta un test mayúsculo

Ahí el equipo del técnico de Larrainzar ha ganado tres partidos, empatado otros tres y perdido en el estreno de competición frente al Girona. Claro que los mejores recuerdos empiezan a olvidarse. El último triunfo contra el Llagostera fue hace un mes, y el anterior se quedó en mediados de septiembre. 12 de 13 puntos que luce en el su casillero el Bilbao Athletic llegaron desde La Catedral. Además, para este partido, Ziganda también recupera algunos efectivos. El lateral derecho Agirrezabala llega al final de su calvario, desde pretemporada aquejado de espondidolisis, una dolencia cervical, y esta semana fue convocado para la U21 Premier League, donde por cierto el filial avanza a cuartos de final tras eliminar al City. Por tanto, podrá entrar en la convocatoria, pero más difícil lo tendrá para quitarle el puesto a Markel Etxeberria. En la rueda de prensa previa al partido, Ziganda también dijo que Saborit volverá a entrar en la citación, mientras que se mostró con más dudas sobre el estado de Córdoba. Por poco que sea, disfrutar de más carbón en las reservas siempre le deja a uno algo más tranquilo ahora que el calendario dice que llega el invierno.

Justo de recambios

Por su parte, el Zaragoza también anda muy justo de recambios, o peor, porque Hinestroza, Jaime, Wilk y Diamanka más que relevos, son lesionados capitales, algunos de los pilares del equipo de Popovic, quien busca la forma de suplir sus ausencias como puede. Procedente de la Juventus y en las filas del Deportivo Aragón, el filial maño, Sergio Buenacasa ha sido convocado por primera vez con el primer equipo, con el que sí entrena habitualmente. Sea cual sea el dibujo que plantee Ziganda, «probablemente» podría insistir como en las dos últimas semanas con 5 defensas, «o probablemente no», el Zaragoza, que ha entrenado a puerta cerrada toda la semana, intentará desde el primer minuto obligarle a jugar en largo, y el filial, si no puede sortear su presión, jugará al partido que no quiere, ese que se repite últimamente. Un escenario de lucha, balones divididos y segundas jugadas donde la perrería de los años tiene ventaja.