El prestigio en juego en una hoguera

Podría decirse que la continuidad de su técnico pende de un hilo, aunque en realidad es por una simple cuestión de amistad con el dueño del club, el asiático Peter Lim. Nadie en Valencia, ni los aficionados ni la Prensa, puede explicarse que Gary Neville, sin apenas experiencia en los banquillos y que hace hace unos meses comentaba los partidos de la Premier en un canal de televisión, pueda seguir en el banquillo de Mestalla. Sólo ha conseguido tres victorias en 15 partidos de Liga y ha sufrido una humillación en la Copa (6-0 en la ida contra el Barça). La Europa League es, por tanto, lo único que puede salvar la campaña de los ches y la cabeza de su técnico.

Las trayectorias de los dos conjuntos reflejan dos líneas dispares. El Athletic acumula ya cinco victorias consecutivas entre Liga y Europa mientras el Valencia cayó sin armas en la última jornada de Liga ante el colista Levante. El papel de favorito cae por su propio peso sobre los rojiblancos, que cuentan además con una valiosa ventaja (1-0) lograda en la ida. Pero la necesidad de mantener una pequeña chispa de ilusión tras un continuo descalabro, la presión de su hinchada, que apoyará a su equipo (al menos al principio) y el ambiente fiestero que no querrá traicionar la plantilla (Valencia celebra sus Fallas) elevan la alarma del encuentro.

Más allá del brillante nivel que han ofrecido los rojiblancos en el último mes, el equipo de Valverde necesita realizar el ejercicio de seriedad más exigente en Mestalla. El premio puede ser inolvidable, ya que mantendría la propulsión del Athletic, que no descarta volver a luchar por la cuarta plaza, y podría significar medirse a uno de los grandes clubes del continente. El prestigio de los rojiblancos está en juego, y debe sobrevivir a la hoguera.