... Y Aduriz rescató a España (1-1)

En el amistoso más potente de los dos que España ha calendado en Semana Santa, Vicente delBosque optó por conceder el puesto de titular a San José y Aduriz, signo de fe en ambos. Los dos rojiblancos en el once, también una teórica buena noticia para el Athletic: a priori, ambos descansarán el domingo ante Rumanía, y eso les permitirá contar con más aire para la próxima jornada de Liga, el primer fin de semana de abril. El navarro actuó en la posición de medio centro, de pivote, el único lugar en el que le contempla el técnico salmantino. El donostiarra, cómo no, ejerció de referencia, de faro en la punta del ataque, con ganas de recaudar el puesto de cara a la Eurocopa. Y no falló.

Arrancó bien el pichichi nacional, ese futbolista que acumula 31 dianas oficiales este curso. De hecho, le buscó SanJosé a los dos minutos en un balón largo, que Aduriz no pudo cazar. Poco después, el guipuzcoano cometió unas manos dudosas, y el árbitro le impidió armar una buena contra sobre la portería de una Italia que, poco a poco, se creció: ahogó el centro del campo de La Roja, desaparecidos Thiago, Cesc y Mata, y con Candreva, por la banda, inquietó a una España con De Gea en la portería. Es más, Sergio Ramos trató de despejar una pelota y casi marca al que pudo ser su compañero si el fax hubiera funcionado de forma correcta el pasado verano.

Con tres centrales en modo guardaespaldas de Buffon, Aduriz, el futbolista de más edad en debutar como titular en la selección, trató de buscar huecos, aunque es cierto que tampoco le ayudaban mucho sus compañeros: sacaron varios córners en corto y España disfruta del donostiarra, de Ramos, SanJosé y Piqué como portaaviones en el área, hasta que el central del Madrid entendió que ante la falta de luz en la línea de creación quizá había que sacar algún balón en largo, en dirección al rojiblanco y a Morata. Sin embargo, la mejor ocasión se la fabricó el futbolista del Athletic. Se aprovechó, en el minuto 38, de un despiste transalpino. Corrió hacia la meta de Buffon, y abrió el esférico hacia la izquierda, hacia el juventino, con el que se entendió bastante bien. El exmadridista, el más destacado del duelo, le devolvió el cuero, pero el rojiblanco ya estaba en fuera de juego. Por poco, pero su posición era ilegal. Fue la mejor oportunidad de España, en una primera parte en la que La Roja no se encontró a sí misma, se asemajó al grupo torpe que sucumbió enBrasil. Italia, en cambio, se sintió cómoda con ataques rápidos, con puñales por la banda, sobre todo la derecha.

Trató de dinamizar al equipo Del Bosque tras el descanso, y metió a Koke por Mata. Mejoró las prestaciones España, con Morata en la banda derecha. Sorprendió la variación a Italia, que veía cómo su verdugo en la última final de la Eurocopa se sentía una pizca más a gusto, y trataba de conectar con Aduriz desde las bandas. En el 57, por ejemplo, no tocó la pelota por una pizca. Y, poco después, de Gea se volvió. Como cinco minutos más tarde. De nuevo, salvó a España, una cuestión que se ha convertido en costumbre. Y a la cuarta, en el 67, ya no pudo hacer nada el meta del United. Un rápido contraataque italiano lo culminó Insigne.

De pillo

Tocaba empatar Y lo hizo él. El hombre que acumula 31 tantos en la presente campaña. El goleador. El deseado que ha se hecho esperar.En una falta botada por Cesc desde la frontal del área, Morata cabecea, y rechaza Buffon, y ahí surgió el futbolista.Artillería. Puntería. Pólvora. Gol. Empate. Al acecho, como un killer del área, esa figura que tanto necesita Del Bosque para la Eurocopa, en la que defiende título España. De pillo. Llegó por «aclamación popular», y él clamó por su titularidad. Nada más anotar, Silva cogió su lugar en el césped. Se marchó, con un tanto. Le da a la selección lo que necesita. Lo que precisa. El regreso soñado por el delantero de moda.