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Gurpegui, manteado en la despedida del sábado en San Mamés.
Una gozada de temporada
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Una gozada de temporada

Un título, el quinto puesto, cuartos de final de la Europa League… El Athletic ha firmado una campaña de lujo

Juanma Mallo

Lunes, 16 de mayo 2016, 11:39

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Las luces se han apagado hasta el próximo 21 de agosto, fecha en la que arrancará la Liga en Primera División. Sí, es cierto, que nos hubiera gustado que el Athletic tuviera una cita el miércoles en la final de la Europa League, pero unos penaltis en el Sánchez Pizjuán destrozaron ese sueño forjado con total merecimiento. El balón se ha detenido, y toca efectuar balance de una temporada que, en mi opinión, ha sido una gozada. A pesar de comenzar a competir el primero, de que se ha encontrado con lesiones de importancia de futbolistas clave - bueno, pocos se han librado de los contratiempos físicos-, el conjunto de Ernesto Valverde ha disfrutado de la capacidad para sobreponerse a estas circunstancias. Todo empezó de una manera gloriosa, excepcional, espectacular, con el título de la Supercopa, con la gloria y la felicidad reencontrada después de 31 años. Y se ha cerrado con una emocionante despedida al gran capitán, a Carlos Gurpegui, y el magnífico regalo del quinto puesto. Un presente tanto para los profesionales -porque gozarán de más días de descanso- como para la hinchada, debido a que podrán disfrutar de su equipo otra temporada en el Viejo Continente, a poder ser con unos viajes más atractivos -el último a la localidad sueca de Solna- que en la edición que se terminó en abril para los vizcaínos. Ha sido una gozada.

La Supercopa permitió a la hinchada, a toda una generación, saber qué es que el Athletic gane un trofeo. Había un par de generaciones de vizcaínos que se merecían este honor. Superado de forma excepcional el Barcelona (el 4-0 en San Mamés resultó impresionante, y el 1-1 en el Camp Nou fue un ejercicio de aguante, de resistencia), esa victoria provocó que los vizcaínos se convenciesen de que pueden, de su capacidad para doblegar a un cualquier rival. De hecho, pronto se apuntó a la Europa League como la vía para volver a paladear otro título y, de paso, sacar la gabarra, lo único que Gurpegui dijo que le había faltado en su feliz y sonriente trayectoria en la escuadra vizcaína.

Luego, con sufrimiento, se accedió a la fase de grupos de la segunda competición continental, gracias a esa diana de Elustondo frente al Zilina en La Catedral. Y se sufrió una pizca en la Liga, aunque pronto se retomó el pulso, se volvió a dirigir el barco hacia la buena dirección. Con altibajos, es cierto, pero incluso se optó a acceder a la Liga de Campeones. Y eso tiene un mérito enorme para un grupo que solo contó con un refuerzo, Raúl García, y la llegada de dos hombres desde el filial, como Sabin Merino y Lekue, que han ofrecido un buen rendimiento. También se ha gozado de unos porteros de lujo, solventes, de un Beñat espectacular, de un San José solvente, de la combatividad de Raúl García, de un Susaeta que siempre lo intenta, del tormento de Williams para los rivales, de la regularidad de De Marcos y Balenziaga, de la calidad de Laporte (y hay que reconocer que, después de unas pruebas fallidas, los suplentes dieron, en líneas generales, la cara en los momentos decisivos)... ¡Y qué decir de Aduriz!

Eso ha sido el Athletic. Que ha cerrado todo con un quinto puesto magistral. Acabar en esa posición después de la tunda competitiva de la plantilla, de los problemas físicos de casi todo el grupo (De Marcos, Etxeita y Laporte, para terminar, pero también Muniain, Raúl García, Williams, Iturraspe, Ibai, Rico, Sabin Merino...), del potencial de sus oponentes...Todo eso habla de un conjunto espectacular que, el próximo ejercicio, se deberá reinventar por la marcha de Laporte. Pero, eso ya llegará. De momento, hay que disfrutar de este quinto puesto. Una gozada.

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