Ziganda sigue sin aclarar su futuro

Hace una semana, tras empatar contra Osasuna y certificar el descenso, el navarro dijo que «me da igual en qué categoría entrenar», que lo único que quería era hacerlo «en buenas condiciones, estar bien rodeado, que lo estoy, estar en un club que te valora...». Ante el sí o el no, tiró un quiebro. Después de sus declaraciones, el jueves Urrutia tampoco aseguró su continuidad. «Supongo que sí», fueron sus palabras antes de loar su trabajo. Ayer, el preparador de Larrainzar volvió a esquivar la cuestión. Sus respuestas van en una dirección, sí, pero no terminan en ningún punto. Lejos de resolver la duda, ésta se alimenta.

Cuando se le pregunta por el año que viene, Ziganda se pone a hacer balance, a echar la vista atrás. «A ver. Son cinco años muy chulos los que llevo, muy interesantes, y estamos aprendiendo mucho de todos ellos. Ahora vamos a acabar el año bien, y luego nos juntaremos, compartiremos todo lo que hemos aprendido y tomaremos la mejor decisión para el club. Yo estoy a disposición del club, por supuesto». Al Cuco se le intuye el deseo de continuar, pero su reticencia a asegurarlo también abre hueco a la incertidumbre.

El contrato hasta 2019 sostiene la permanencia del entrenador, pero cuando este se firmó, en mayo de 2015, ni Valverde había renovado ni Amorrortu había impuesto su criterio sobre la planificación de la plantilla, siendo este último un conflicto no resuelto de puertas para dentro. «No hay ni un problema», insiste Ziganda; «cuando acabe el año hay que hacer un cierre final, compartir muchísimas opiniones, hay que ver qué es lo que hemos aprendido, lo que podemos mejorar. Repito, voy a estar a disposición del club y hay que hacer siempre lo mejor para el club».