Gurpegui: «Cuando a Yeste le apetecía entrenar, nos pasaba por encima a todos»

Si tiene que buscar referentes fuera de Lezama, tampoco tiene muchas dudas. Juan Carlos Valerón, que como él, se ha retirado esta temporada, le dio muchos quebraderos de cabeza. «Me costaba mucho marcarle. Era imposible quitarle el balón», reconoce. Además, el de Andosilla solo tiene palabras de admiración para Leo Messi, «que hace lo que consigue nadie».

Después de haber descansado durante unos días se encuentra «más tranquilo y disfrutando de la familia». También ha tenido tiempo para pasarlo bien junto a sus compañeros. La plantilla, que este miércoles le ha hecho un pasillo en el entrenamiento- le hizo una despedida de lo más especial hace unos días. Conscientes de que el fútbol le ha privado de participar en la fiesta favorita en su pueblo, los jugadores del Athletic decidieron despertarlo de una forma muy especial. Eran las 7.30 horas y se plantaron junto a su casa con un tractor como el que utilizan en la romería que tan buenos recuerdos le trae. «Han demostrado que me quieren mucho y voy a seguir teniendo una buena relación con ellos porque somos buenos amigos», cuenta el central.

«No hay cosa que me haga más feliz que ir a Lezama», ha asegurado. De hecho, tal y como aseguró en su despedida, quiere ser recordado con la misma sonrisa con la que iba a entrenar cada día. De hecho, remarca que sigue teniendo «una conversación pendiente con Urrutia» porque está «encantado de poder seguir» ligado al Athletic.

La Supercopa es, sin duda, el momento más feliz en la carrera deportiva de Gurpegui. «El club está cerca de volver a ganar otro título», adelanta. A la hora de señalar la etapa más negra de su periplo en el club es inevitable no mencionar su sanción por dopaje. «Eso sí, estoy muy orgulloso de haber conseguido darle la vuelta a esa situación. Quería aprovechar la oportunidad que me dieron de jugar en el Athletic», cuenta. Sin embargo, sigue habiendo gente empeñada en intentar hacerle daño con ese tema. «El otro día estaba en Madrid y desde un coche me gritaron 'yonki'. Al principio me afectaba, lo pasaba mal. Pero he convivido tanto con ello que se ha normalizado», asegura.