Se reprochaba últimamente al Athletic su poca cabeza para culminar con éxito jugadas que prometían en su inicio mucho más de lo que ocurría en su conclusión. Y cuando se dice poca cabeza no hablamos de la falta de remate en esa suerte sino a la ausencia del mínimo tino exigible a unos profesionales, hasta podría decirse de falta de sentido
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