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Viernes, 3 de noviembre 2023, 13:50
El Café García, cuya primera ubicación fue la esquina de la calle Gran Vía con Berastegui, era muy popular por su ambiente. A ello ayudaban las señoritas componentes de la Orquestina Madame Verperaux, las audiciones de gramófono entre las diez y las once de la noche y la doble fila de veladores que gustaban de frecuentar los jóvenes 'sportmen' bilbaínos. Fue en ese local, que luego se trasladaría al 22 de la Gran Vía, donde se gestó la creación oficial del Athletic a través de la aprobación de sus primeros estatutos; es decir, donde se gestó la legalización de un equipo de fútbol que, de facto, venía desarrollando su actividad desde 1898.
Aquel año de finales del siglo XIX, Juan Astorquia, reunió en el gimnasio Zamacois a sus amigos entusiastas del fútbol: Alejandro Acha, Enrique Goiri, Luis Márquez, Montero, los hermanos Iraolagoitia y unos cuantos más, que decidieron acudir cada domingo por la mañana a un campo situado junto a la fábrica de electricidad de Lamiako. Viajaban en el ferrocarril de Las Arenas, que al llegar a las cercanías del terreno, bajaba la velocidad, «nunca excesiva», según el periodista José María Mateos, para que los futbolistas pudieran descender del tren. Recogían las porterías –goles se llamaban entonces–, de la caseta del guarda, y jugaban los partidos. Se hacían llamar Athletic.
Otro grupo de jóvenes que jugaba en el paseo de Zugatzarte se constituyó como club, denominado Bilbao FC, en una reunión celebrada a finales del verano de 1900 en casa de José Luis Villabaso, en Algorta, y en la que decidieron que Carlos Castellanos sería su primer presidente, Ramón de Aras Jauregui el tesorero y José de Zulueta el secretario.
Fue entonces, al conocer aquello, cuando los futbolistas del Athletic decidieron también legalizar su situación y constituirse en sociedad. Se reunían habitualmente en el Café García, donde escuchaban las charlas balompédicas del camarero Antépara, un personaje de verbo fluido que después trabajó en el hotel Capagorry de Baiona, al que numerosos bilbaínos acudían a saludarle. En una de esas tardes decidieron, al igual que sus rivales del Bilbao, constituirse en sociedad y nombraron una comisión, formada por José María Barquín, Juan Astorquia y Enrique Goiri, que redactó un reglamento.
En la asamblea celebrada el 11 de junio, se aprobó el boceto presentado por la comisión y se estableció la primera junta directiva presidida por Luis Márquez, con Francisco Íñiguez como vicepresidente, José María Barquín en funciones de tesorero y Enrique Goiri de secretario, además de cuatro vocales. Entre ellos, decidieron que Juan Astorquia sería el primer capitán y Alfred Mills el segundo. Alfred Edward Elvin Mills Lizard era británico, de Cornwall, donde había nacido en 1874. «Perder o ganar no tiene importancia, lo importante es jugar fuerte, limpio y divertirse», era su lema. Llegó a Bilbao como empleado de la Compañía del Cable, que unía telefónicamente España con el Reino Unido a través de un cable submarino. Jugó en el Athletic y falleció en Getxo, en octubre de 1929. Sus descendientes siguieron alimentando la pasión por el Athletic. Dos de sus biznietos, Robert y Lawrence, estuvieron en Bucarest, en la final de la Europa League frente al Atlético de Madrid, a pesar de haber nacido lejos de Bilbao.
En aquella reunión del Café García se aprobó presentar el reglamento a la aprobación del Gobernador Civil, José de Echanove, que lo sancionó para que el 5 de septiembre de 1901 se celebrara, en el local habitual, la asamblea de constitución definitiva del Athletic Club como «una sociedad para el fomento de los deportes atléticos y en especial del conocido con el nombre de foot-ball». La junta directiva se constituyó con las mismas personas que la designada como provisional, y después, tal como consta en el acta, «el presidente dio las gracias en nombre de la junta directiva y declaró abierta la primera sesión de la sociedad Athletic Club».
Se tomaron los acuerdos de presentar para su aprobación en el Gobierno Civil la copia del acta de la sesión, «a fin de dar cumplimiento a las disposiciones legales sobre constitución de sociedades», y también aceptar la propuesta del Bilbao FC para arrendar a medias, a los propietarios de la campa de Lamiako, Enrique Aguirre y Ramón Coste, el terreno de juego por una cantidad de 200 pesetas anuales. Se señaló una cuota mensual para los 30 socios que constituyeron el club de 2,50 pesetas. El Athletic, que nació en 1898, ya era legal.
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