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Amorrortu posa con la camiseta del Athletic. BORJA AGUDO
Amorrortu: «Lezama es una escuela de vida. Sus creadores fueron unos visionarios»

«Lezama es una escuela de vida»

50 años de Lezama | José María Amorrortu ·

El excoordinador de la factoría rojiblanca habla con pasión del trabajo que se realiza en la cantera y considera que las críticas son perjudiciales porque «debilitan al Athletic»

Juanma Mallo

Bilbao

Martes, 26 de enero 2021

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Pocas personas conocen Lezama como José María Amorrortu (Bilbao, 67 años). Ha pisado el centro de operaciones del Athletic como jugador, como entrenador de las categorías inferiores, del primer equipo, como 'jefe' de la factoría, como director deportivo... Cuando habla de esta «escuela de vida» lo hace con una pasión que desborda. Siente muy dentro este lugar, al punto que durante la conversación se lleva varias veces la mano al pecho. Le duelen, por supuesto, las críticas que se realizan al «corazón» rojiblanco y destaca el «prestigio» internacional de «la columna vertebral sobre la que se asienta la esencia del Athletic: la filosofía de cantera».

– ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando escucha la palabra Lezama?

– Un sentimiento muy profundo. Recuerdo el primer día que fui a Lezama, como jugador del primer equipo, en 1973. Había tres campos, el pabellón era una pista de cemento... Cuando llegabas notabas lo que representa Lezama y siempre ha representado. Me viene un reconocimiento a la memoria de los fundadores. Fueron unos visionarios ya que vieron cómo iba a evolucionar el mundo del fútbol a nivel de formación y dieron ese paso adelante. Todos los valores que se han gestado. El esfuerzo de cantidad de gente que ha estado en Lezama, que lo ha dado todo por el Athletic. Lezama representa muchísimo, no solo es el lugar donde se ubican las instalaciones, sino que es la columna vertebral, los cimientos, sobre los que se asienta la esencia del Athletic, que es la filosofía de cantera.

– Sin Lezama el Athletic no existiría...

– Indudablemente. La razón de ser del Athletic es la formación de chicos y chicas para el primer equipo, y Lezama es el centro, el núcleo, donde se genera ese aprendizaje, ese conocimiento, esa formación.

– Pisó Lezama en 1973. Era un centro de entrenamiento para tres equipos. ¿Pensó que iba a crecer tanto?

– La grandeza del Athletic es ver que se generan nuevas necesidades, se ven oportunidades... Lezama estaba diseñado para entrenar el primer equipo, pero había doce hectáreas, igual se pensó que podía ser algo más. Se gestó algo más que un espacio físico: un centro donde hay una preocupación diaria por el desarrollo de todos los chicas y chicas que hay allí y eso es algo más que un espacio.

– Más que una escuela de fútbol es una escuela de vida.

– Es una escuela de vida. Es una escuela donde se forman personas para jugar en el Athletic, con un criterio y un valor futbolístico, y sobre todo teniendo en cuenta el papel que tiene el Athletic en la sociedad vizcaína. Poder hacer referentes para el futuro de los jóvenes.

«Sigue siendo pionero»

– Ha sido jugador, coordinador de Lezama, técnico del Juvenil, del filial y del primer equipo. ¿Con cuál de todos esos cargos se siente más satisfecho?

– No te voy a ocultar que donde uno más se puede sentir orgulloso es cuando contribuye a la formación. Lo que mayor satisfacción me provoca es contribuir a que la gente vaya creciendo, no solamente jugadores y jugadoras, también de compañeros. Me siento identificado con eso por mi forma de ser.

– ¿Qué supone para una persona que ha sido responsable de Lezama que sea un modelo en toda Europa?

– Seguir el legado que uno ha recogido. El Athletic, en los años 60 y 70, fue pionero y sigue siéndolo. Y eso es lo que ha hecho crecer al club, es lo que impulsa muchas veces a los jugadores por encima del nivel teórico que puedan tener. Esos intangibles que hacen que el Athletic sea un modelo único en el mundo. ¡Un modelo único! Al margen de los métodos, de las diferentes políticas que haya, el modelo, la filosofía, es la esencia, el valor real, el fundamento del Athletic. Dar ese carácter de continuidad, seguir manteniendo esa durabilidad, esa sostenibilidad, es lo que realmente importa en el Athletic.

– Usted viajó a Holanda para estudiar la cantera del Ajax. ¿Es importante saber adaptarse a los tiempos?

En toda organización, en el Athletic especialmente, tiene que haber una gestión del día a día, pero también una idea estratégica para el futuro. José María Arrate, cuando me hizo responsable de Lezama, me dio la oportunidad de aprender, de ver que se estaba gestando, cuáles eran las ideas que había en Europa en el fútbol. Pude contrastar metodologías... El Athletic está posicionado a nivel internacional. Tiene un prestigio y una marca que está identificada con lo más importante, que es la formación; el desarrollo de un club a partir de la juventud, de la iniciación. Es un caso único en el mundo.

«¿El mejor momento? Cuando debuta un jugador»

– ¿Cómo se combate la menor natalidad, el aumento de la competencia...?

– Se veía que el Athletic iba a tener más dificultades para competir a nivel internacional. Pero aún así, sigue firme, sigue siendo competitivo, una referencia en el fútbol mundial. Y ese es el espíritu que hay que seguir manteniendo. Es verdad que ha habido momentos de zozobra y de incertidumbre, pero el Athletic los ha superado. ¿Por qué? Porque ha sido fiel, porque ha creído.

– ¿Cuál ha sido el mejor momento de Lezama?

– No hay un solo momento. Para mí, es cuando un jugador debuta con el primer equipo. Eso es lo que sustenta todo.

– En el plano personal, usted ganó una Copa juvenil nada más llegar.

– Es el primer año que yo entré en Lezama. Tenía de compañeros a José María Argoitia, a Koldo Aguirre, a José Ángel Iribar, a Fidel Uriarte, a Kakel Iturregi, a Andoni Goikoetxea y Blas Ziarreta. Me acuerdo que una tarde, Koldo Aguirre, que era el coordinador, me dio una hoja, 'estos son los jugadores que vas a entrenar, vamos a jugar de esta forma'. Yo empecé con esos chicos. Fue un año maravilloso, me sentí especialmente identificado con ellos y ellos conmigo.

– Ha hablado de Argoitia, Koldo Aguirre, Iribar... Quizá ahora faltan referentes para los niños en Lezama

– Aquella etapa era muy singular. Ahora la sociedad ha cambiado. La referencia, yo creo, no está en los nombres que son muy importantes, sino en el carácter, en la personalidad y en las capacidades de los entrenadores y educadores que puede haber. Y, sobre todo, que haya una cultura siempre orientada a las necesidades de los chicos y chicas que hay en Lezama.

«Hay que mantener la esencia»

– Ahora los niños ven partidos del Liverpool, del Bayern... ¿Cómo se les convence para ir a Lezama si ellos sueñan o piensan en ganar la Champions?

– Y esa ambición no tiene que perderse. Siempre hay que tener una idea de excelencia en lo que se hace. Pero conscientes también de las posibilidades que tiene el Athletic.

– ¿Se puede ser optimista con el futuro de Lezama?

– Siempre. Y creo en las personas, en las estructuras como Lezama que tienen un componente de desarrollo importante y que a partir de la dificultad se va creciendo y va generando nuevas posibilidades de mejora.

– Lezama siempre aparece en el debate electoral y se emplea como arma arrojadiza. ¿Cómo se puede evitar?

– Es la dicotomía entre el pasado y el futuro, como si hubiera una fragmentación. Hay que mantener la esencia, reconocer lo bueno de cada etapa y, a su vez, analizar lo que se puede mejorar. Que es lo que se ha hecho históricamente. Y no cuestionar el modelo, porque cuando se critica a Lezama... No hay críticas al modelo, el modelo es el que hay que mantener. Los métodos hay que reflexionar sobre ellos. Pero no dudar del modelo, eso es muy importante. Siento que a veces pasa. Y esto debilita al Athletic.

– Cuando llega un nuevo equipo a Lezama se producen cambios, cambian las personas de confianza, hasta cierto punto entendible. Pero siempre surgen críticas de cierto amiguismo.

– Es una pregunta de difícil respuesta. Hay que rodearse de muy buenos profesionales y de gente cuyas expectativas estén por debajo de las necesidades de los chicos y chicas.

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