Jon Ander Felipe ficha por el Ourense

Un Ourense CF que ocupa la sexta plaza del grupo gallego de la Tercera RFEF con 15 puntos, por detrás de Somozas, Polvorín, Rápido de Bouzas, CD Barco y Fabril, todos en un pañuelo separados en apenas cuatro puntos en las nueve jornadas disputadas. Un club en el que militaron con anterioridad otros jugadores vizcaínos como Monteiro, Revuelta y Andoni Pérez. El Gernika, que medita fichar un portero tras la marcha de Jon Altamira, también le ha sondeado, pero la opción del equipo gallego le seduce ahora más para seguir calzándose los guantes.

La idea de Jon Ander Felipe, un portero contrastado con muchas cualidades, es disputar los ocho próximos partidos del calendario, empezando por el de este domingo ante el Alondras CF de Cangas de Morrazo en el estadio de O Couto de Ourense y después decidir qué hacer, dependiendo de lo que le ofrezca el mercado de la Segunda o Primera RFEF, seguir en el club orensano, o incluso una aventura en el extranjero que no descarta. Marqueta y Manu son los porteros que ahora mismo manejaba el míster del Ourense CF, Rubén Domínguez. Jon Ander Felipe, de 26 años, se formó en la cantera de Lezama desde el Alevín B hasta su filial promocionando por todas sus categorías inferiores, fue cedido en la SD Amorebieta y disputó en Segunda División diez partidos a las órdenes de el Cuco Ziganda en el banquillo, rayando a un gran nivel. Pasó después por las filas del CD Vitoria, filial del Eibar, siendo cedido en UD Logroñés y Llagostera antes de recalar en el CD Toledo, donde no jugó demasiado. Una trayectoria donde se fue curtiendo y entendiendo las leyes del mercado, sobre todo para los guardametas.

Posteriormente, el arquero de Romo transitó por la SD Amorebieta de nuevo, intercalando además por las sesiones AFE para jugadores en paro, y se alistó en el SD Ejea. Su última escala en Segunda B fue en las filas del CD Tudelano, volvió a su domicilio estos últimos meses buscando un acomodo que le sedujera. Ahora hace de nuevo el petate rumbo a Ourense para sumergirse en su actividad bajo palos, su pasión desde pequeño y meterse de nuevo en la rueda.