Uriarte aguanta el desplante de Pallarés y le permite acabar la temporada

Las manifestaciones de Pallarés tras perder en Elda fueron muy crudas. «Nosotros, como club, en Navidad tuvimos la oportunidad de reaccionar y no lo hicimos, con lo cual desde Navidad sabíamos cuál iba a ser el desenlace». No se quedó ahí: «Cuando tu ves que el equipo quiere y no puede y en Navidad, con 20 partidos por delante, no reaccionas, pues está claro que el desenlace final lo sabíamos todos. ¿Por qué no reaccionamos? Son otras personas las que te tenían que contestar».

Pero la carga de profundidad de Pallarés no conlleva medidas por parte de la junta. En un comunicado de prensa, el Athletic hizo público lo que ya se sabía, que no le renovará y que, por tanto, el partido del sábado ante el Amorebieta será el último en el que se siente en el banquillo. En un escenario normal, Ibaigane hubiera realizado este anuncio la próxima semana, ya con la Liga concluida, pero el daño provocado por sus palabras le animaron a adelantar unos días la confirmación de su salida.

La entidad añade que Pallarés «conocía la decisión del club hace dos semanas». Sin embargo, este periódico ya indicó ayer que el técnico comunicó a sus jugadores en el vestuario antes de jugar el 12 de marzo en el campo del SD Logroñés que ya le habían adelantado que no seguiría la próxima campaña. Además, tres semanas atrás este periódico adelantó que el club ya buscaba sustituto a Pallarés y reveló que en Lezama gustaba mucho el riojano Raúl Llona (SD Logroñés).

Insiste en las diferencias

El Athletic dedicó además la mayor parte del comunicado a la «solicitud» de Pallarés de «matizar sus declaraciones». La pasada semana, en una tormenta también de alto voltaje, Ibaigane eludió hacer algo similar con las manifestaciones de su directiva Goizalde Santamarina a un grupo de peñistas en las que mantuvo que los «propios trabajadores del club ponen trabas» a proyectos de la junta.

En su intento por suavizar sus duras manifestaciones de Elda, la directiva cedió a Pallarés su canal oficial para que ponga a la vista de todo el mundo las discrepancias con sus superiores. El técnico señala que hubo diferencias entre la dirección deportiva y él a la hora de marcar el rumbo deportivo del filial en el mercado de invierno.

Tras indicar que había «dos posibles caminos» apunta que «uno es hacer fichajes de perfiles más veteranos que sostengan el equipo, pero que no tengan proyección de evolución. O por otro lado, existía el camino de continuar con el trabajo con esa plantilla, asumiendo la consecuencia del posible descenso», indicó. Él se inclinaba por la primera vía.

De hecho, hasta en su misma matización insiste en que los responsables de lo que en Elda llamó «no reaccionar» son otros. «Esa decisión no me correspondía a mí, es una decisión del club. Y la dirección deportiva y de Lezama tomaron la segunda opción».

De esta forma, el entrenador coloca el foco sobre Sergio Navarro, director de Lezama, quien apostó por su fichaje y «gran amigo» suyo; Mikel González, director de fútbol, y Xabier Álvarez, el directivo encargado del área y que fue quien avaló a Navarro, de quien escribió antes de las elecciones que «algo se me romperá dentro si Sergio no está dirigiendo Lezama».

Además, Pallarés insiste en la matización escrita y sin posibles preguntas de periodistas en que sus superiores decidieron «no dar un volantazo con el único objetivo de salvar al equipo» y remacha que eso significaba «asumir que eso podía implicar el descenso».