Ocho partidos que se convertirán en un tormento

Los bilbaínos encaran estos ocho encuentros sin un objetivo competitivo, más que mejorar la clasificación -resulta importante porque el dinero de las televisiones depende, en parte, del puesto final en la Liga-, y por supuesto quitarse el mal sabor de boca de lo ocurrido desde mediados de marzo, cuando el cuadro se desvaneció y se convirtió en un alma que pena por los campos. Además, para mayor tormento, no existe casi tiempo para recuperarse entre unas jornadas y otras, con varios duelos entre semana.

Los rojiblancos regresarán mañana a Sevilla para jugar contra el Betis en la jornada 31 de la competición. Hay quien todavía piensa que, por qué no, quizá se pueda alcanzar Europa: se agarran a los números, a las matemáticas, debido a que quedan 24 puntos en juego. Este partido será definitivo. Una derrota tiraría por tierra esa minúscula esperanza. Una victoria mantendría un fuego que está a punto de extinguirse. El duelo ante el grupo de Manuel Pellegrini, ése que se llevó una goleada de Bilbao en la primera vuelta y ahora lucha por el pasaporte continental, empezará a las ocho en el Benito Villamarín.

Es un duelo de alta dificultad. Pero más el del próximo domingo en San Mamés. El Atlético, que se juega la Liga con el Madrid y el Barcelona, visita La Catedral. Ha pasado el cuadro colchonero de paladear el título en enero a pensar en que vuelve el 'pupas'. Eso sí, la goleada de ayer al Eibar ha revitalizado a la formación de Diego Simeone.

Y tres días más tarde, de nuevo en La Catedral, el grupo vizcaíno recibirá a un Valladolid que necesita aire para salvarse. Es el partido que se debería haber disputado este fin de semana, retrasado por la final de Copa. Los pucelanos, como suele ser habitual a estas alturas, se están partiendo la cara por no descender. Necesitan victorias como el respirar.

Ahí se abre un pequeño descanso para el Athletic. Porque no volverá a jugar hasta el lunes 3 de mayo. Otro Everest. Ante el Sevilla, que ha metido velocidad en los últimos partidos del torneo de la regularidad y, aunque está casi clasificado para la Champions League de la próxima temporada sueña con una debacle de los tres grandes y recoger el rechace del título. Será complicado, pero los de Lopetegi no dejan de creer.

A continuación, se presentará en San Mamés un Osasuna que, con un partido más, cuenta con los mismos puntos que los rojiblancos. Salvo que se produzca una catástrofe antes del segundo fin de semana de mayo, ya estará salvado. Es el único oponente que, a priori, no se jugará nada cuando se mita al Athletic, más allá de la sana rivalidad. Porque después de ese duelo del sábado 8, tocará visitar al Huesca, que ayer frenó su esprint hacia la salvación con una derrota ante un rival directo como el Alavés. Se producirá ese viaje en una jornada intersemanal (miércoles 12), para luego recibir al Madrid que, salvo sorpresa, peleará por el título. Y luego un Elche, en la batalla por la salvación. Ocho partidos contra rivales con distintos objetivos, tanto hacia arriba como hacia abajo, que serán un calvario para los bilbaínos.