Borrar
Athletic - Mallorca | Liga Santander Jornada 4: Por fin la segunda victoria seguida

Ver fotos

L.A.Gómez
Athletic - Mallorca | Liga Santander Jornada 4

Por fin la segunda victoria seguida

Un gol a balón parado de Vivián desatasca un partido feo y conduce a los rojiblancos a un triunfo que les sitúa como líderes

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 11 de septiembre 2021

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La segunda victoria consecutiva del Athletic en Liga, esa que se llevaba esperando como un maná del cielo desde el 1 de julio de 2020, hace ya 46 jornadas, llegó por fin ayer. Lo hizo en un partido raro, feo con avaricia durante los primeros 68 minutos y divertido a partir de ese momento, cuando Vivian adelantó a su equipo con un perfecto cabezazo tras una falta muy buen puesta por Muniain. El balón parado volvió a rescatar a lo rojiblancos, que sentenciaron poco después del 1-0 aprovechando una grave pérdida de la defensa mallorquina. Muniain estuvo muy listo en el robo y asistió a Williams. Lo cierto es que esos dos goles tan seguidos generaron una sensación de extrañeza, la que surge cuando algo en apariencia dificilísimo de repente se convierte en algo parecido a coser y cantar. Cosas del fútbol, ya se sabe.

Athletic

Simón, Lekue, Vivian, Íñigo, Balenziaga, Dani García (Vesga, m.72), Vencedor (Zarraga, m.62), Berenguer (Nico Williams m.62), Muniain, Raúl García (Villalibre m.62) y Williams (Nico Serrano m.82)

2

-

0

Mallorca

Reina, Oliván, Valjent (Sastre m.76), Maffeo, Sedlar, Kubo (Prats m.76), Mboula (Kang-In Lee m.71), Dani Rodríguez, Ruiz de Galarreta (Febas m.71), Baba (Battaglia m.72) y Fer Niño.

  • Goles 1-0, Vivian min.77; 2-0, Williams min. 73.

  • Árbitro Figueroa Vázquez.

  • Incidencias 14.566 espectadores en San Mamés.

El caso es que el Athletic sumó un triunfo largamente deseado ante un Mallorca débil y acabó la noche liderando la clasificación, lo que siempre es un buena forma de conciliar el sueño. Y no sólo eso. También concluyó la jornada con dos datos esperanzadores. En primer lugar, la condición de invicto, muy vinculada su solidez defensiva. Sólo han encajado un gol los rojiblancos en cuatro partidos, lo que entre otras cosas quiere decir que no están cometiendo los errores de bulto que tantos les penalizaron la pasada temporada. Vivian, que ha entrado al equipo como un veterano de mil batallas, ha contribuido a ello. El segundo dato tiene que ver con el debut de Nico Serrano, que acabó jugando con Nico Williams y Villalibre en el frente de ataque. Una delantera de futuro, sin duda.

Durante toda la primera mitad y parte de la segunda, el partido transcurrió en la misma longitud de onda. Digamos que con la misma sutileza que una discusión de marineros en una taberna de Bristol. El Athletic era más dominador y llegaba con frecuencia al área rival. Ahora bien, siempre lo hacía de un modo alborotado, sin finura ni precisión. Ni tampoco suerte, la verdad. Era el de los rojiblancos un fútbol intenso, de arreones y centros, casi todos desde la banda derecha. Suficiente para estar por encima de un Mallorca flojo en defensa y que tardó más de 25 minutos en sentirse un poco a gusto con el balón e hilar alguna jugada de ataque activando la conexión Galarreta-Kubo-Oliván, pero no para marcar una diferencia en el marcador.

Un ejemplo de las dificultades de los rojiblancos con la caligrafía fueron los remates de Raúl García. El navarro no pudo estar más activo en su estreno como titular esta temporada y estuvo a unos centímetros de marcar de cabeza el 1-0 en el minuto 8 tras un gran pase de Vencedor. Ahora bien, todos sus remates fueron de una gran dificultad, algunos en escorzos de malabarista. O dicho de otra manera: no le llegó un pase decente. El único realmente bueno de toda la primera parte fue el que le brindó Muniain a Iñigo Martínez en una falta en el minuto 29. El cabezazo del central de Ondarroa, mal dirigido, lo despejó Manolo Reina y el rechace le cayó a Williams, que respondió con un churro malayo a la grada.

Una pena porque el Athletic, por mucho que intentó seguir percutiendo, no acababa de llegar al área con claridad. Y tampoco hay que extrañarse teniendo en cuenta su falta de precisión y finura con la pelota. Hay una jugada chusca que los rojiblancos suelen repetir mucha frecuencia y ayer abusaron de ella. Una mala señal, sobre todo si enfrente está un equipo recién ascendido y de inferior calidad. Nos referimos a esos saques de banda, por regla general a uno de los medios centros, para que peguen un voleón lo más lejos posible. Así es muy difícil sacar algo en claro. Los rojiblancos, sin embargo, lo compensan con mucho sudor y una seriedad defensiva encomiable. El Mallorca apenas inquietó a Unai Simón. El único que lo hizo fue Ruiz de Galarreta, que dejó varios detalles de su gran clase, pero su disparo, en el minuto 56, estaba ya anulado. Poco o nada más, apenas otro disparo en los minutos finales que rechazó el portero rojiblanco.

En esa tesitura, con semejante flojera arriba, el equipo de Luis García Plaza jugaba con fuego. Y se quemó. Poco después de que Marcelino, pasada la hora, hiciera un triple cambio dando entrada a Villalibre, Zarraga y Nico Williams en lugar de Raúl García, Vencedor y Berenguer -señal de lo contento que estaba el asturiano con su equipo- el Athletic logró el gol que tanto ansiaba. El Mallorca quedó muy tocado y, tras el segundo tanto poco después, definitivamente hundido. Fue incapaz de reaccionar. En las gradas, los más de 14.000 espectadores presentes en San Mamés acabaron pasando un rato divertido viendo a los chavales y disfrutando del marcador. No tenía muchas esperanzas de hacerlo viendo cómo había transcurrido el partido, pero al final su equipo les dio una satisfacción.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios