Una dolorosa oportunidad perdida
Athletic 0 - Valencia 0 ·
El Athletic, peleado con el gol e incómodo ante un Valencia en máxima versión Bordalás, no puede lograr su tercera victoria consecutivaSecciones
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El Athletic, peleado con el gol e incómodo ante un Valencia en máxima versión Bordalás, no puede lograr su tercera victoria consecutivaNecesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Sábado, 7 de mayo 2022, 15:02
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Tras las dos últimas victorias ante el Cádiz y el Atlético hablamos del feliz posicionamiento de los astros en favor de los rojiblancos en momentos clave de aquellos partidos. Pues bien, este sábado sucedió todo lo contrario. Esta vez la moneda cayó por el lado de la soledad, como en la bella canción de Andrés Calamaro. La mala suerte, la impericia en el remate y la actuación sobresaliente de Mamardashvili, que amargó la vida a Iñaki Williams, condenaron al equipo de Marcelino a un doloroso empate. La tercera victoria consecutiva en Liga, que no se produce desde hace dos años y medio, era más necesaria que nunca. Tras la derrota de la Real contra el Levante y teniendo en cuenta que los donostiarras deben visitar todavía el estadio de La Cerámica, los tres puntos hubieran abierto de par en par las puertas de Europa. Sin embargo, no fue posible. Sólo cabe confiar en que los dos puntos perdidos contra el Valencia no acaben siendo decisivos a la hora del recuento final.
Los de Marcelino no han podido ganar en toda la temporada a los de Bordalás, verdugo en la Copa y una auténtica piedra en el zapato en la Liga, como se comprobó ayer. Quería sentir el ruido del público el técnico de Careñes y no dirá que no se lo ofreció. Las gradas de la nueva Catedral se desgañitaron, sobre todo en el tramo final y en el largo descuento, donde su equipo tuvo dos ocasiones clamorosas en sendos cabezazos de Iñaki Williams y Villalibre, el de éste último al larguero. Lo cierto es que la hinchada acabaró furiosa un poco con todo: con el resultado, con los astros, con Bordalás y las artimañas de sus jugadores, con el árbitro Díaz de Mera... En realidad, con la magnífica oportunidad perdida una vez más.
El Athletic mantuvo en el arranque el guión del choque contra el Atlético, lo cual tenía toda su lógica. Apretaron fuerte arriba los rojiblancos a una defensa de tres centrales, machacando la banda derecha, desde donde Nico Williams colgó un centro muy peligroso a los dos minutos. Lo pasaba mal el Valencia, pero una jugada casual vino a reconfortarle en la misma medida que rebajó un poco los bríos de los leones. Iñigo Martínez derribó a Maxi Gómez cuando corría hacia la portería de Unai Simón y se libró de la tarjeta roja por muy poco. A esta acción siguió un falta de Soler bien atajada por el portero rojiblanco y un nuevo escenario de igualdad en el juego, que se prolongo hasta la media hora.
Fue entonces, poco después de que Iñaki Williams no pudiera rematar en condiciones un balón en su primer mano a mano con Mamardashvili, cuando empezó a adquirir protagonismo Díaz de Mera, una versión castellano manchega de Mateu Lahoz, con quien comparte una misma buena voluntad de dejar jugar y no caer en las simulaciones de los futbolistas pero también un criterio muy sui generis, en ocasiones demasiado arbitrario para un árbitro. El hombre tuvo que pitar mucho y la gente le despidió con una pitada, pero lo cierto es que no estuvo mal. Aunque cometió algunos errores aparatosos de apreciación, el hombre fue justo y estricto con los tiempos de descuento -5 en la primera parte y hasta 8 en la segunda- y no se olvidó de mantener fuera del campo, al menos una jugada entera, al futbolista del Valencia al que las asistencias retiraban del campo para ser atendido. Hubo unos cuantos.
El partido se fue oscureciendo hasta el descanso y ya no clareó. El Athletic no encontraba ni fluidez ni ritmo, una cosa por la otra. Ponía ganas y sacaba algunos centros desde las bandas, sobre todo por la derecha, la de Nico Williams, pero no llegaba a crear ocasiones. El Valencia le incomodaba demasiado. Algo lógico, por otra parte. Y es que, incluso con 0-0, el equipo de Bordalás es capaz de ponerse a jugar en el minuto 35 como si fuera el 85 y tuviera que perder tiempo y detener el juego con todo tipo de tretas para defender su renta. Se les ve tan aplicados a sus jugadores en esa gregaria labor de zapa que parece que les fuera la vida en ello.
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J. F. CACHORRO
Los partidos contra las diferentes tropas de Bordalás, en fin, pueden hacerse más 'longos' que los famosos '90 minuti' del Bernabéu de los que hablaba Juanito. Largos para su rival y para la afición contraria, se entiende. Es lo que sintió la del Athletic en ese último cuarto de hora de la primera parte y a lo largo de la segunda. Fue una pelea dura, luchada en cada trinchera, que el Athletic debió resolver. Iñaki Williams pudo hacerlo en el minuto 55, pero perdonó lo imperdonable ante el portero rival. Ocasiones así escriben la historia de los partidos. Sucedió también en la semifinal de Copa en Mestalla. En cualquier caso, el Athletic hizo méritos de sobra para ganar. Los cambios, además, ayudaron esta vez, sobre todo la entrada de Villalibre, que funcionó muy bien arriba con el mayor de los Williams. Por cierto, se trata de una pareja que Marcelino no ha querido probar esta temporada por razones misteriosas. Quizá lo haga a partir de ahora.
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