Borrar
Athletic-Valladolid | Liga Santander Jornada 14: directo y crónica

Ver fotos

IGNACIO PÉREZ-PANKRA NIETO
Athletic 3-0 Valladolid | Liga Santander Jornada 14

La importancia de un delantero centro con gol

Guruzeta aprovecha a lo grande ante el Valladolid su primera titularidad de la temporada y conduce al Athletic a la victoria con dos tantos de nueve puro

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 8 de noviembre 2022

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Era un partido importantísimo por todo, como lo calificó el lunes el propio Valverde, y el Athletic lo ganó de una forma que no se recordaba desde hace casi un lustro: gracias a la eficacia de un delantero centro goleador. Este fue Gorka Guruzeta, que se disfrazó de Aduriz y decidió el choque con dos goles, uno en cada tiempo, ambos típicos de un futbolista con pólvora dentro del área rival. El donostiarra ya marcó en Girona y ayer volvió a poner dos muescas más en la culata de su revólver. A eso se le llama tirar la puerta abajo del despacho del entrenador pidiendo un puesto en el once. En todo caso, no será hasta final de año cuando se certifique la titularidad de Guruzeta, al que este parón por el Mundial le ha tenido que sentar a cuerno quemado. Para él, desde luego, no puede ser más inoportuno.

El partido, que acabó siendo muy cómodo para el Athletic, lo jugaron previamente los dos entrenadores. Dolido por la pésima imagen del equipo en Girona, Valverde se animó hacer algo a lo que no acostumbra: remover su once inicial, del que desaparecieron Berchiche, Iñigo Martínez y Berenguer para hacer hueco a Lekue, Vivian y Guruzeta, premiado con la titularidad por primera vez en la temporada. Su entrada obligó a trasladar a Iñaki Williams a la banda, una variante que el técnico rojiblanco no probaba desde la primera jornada de Liga ante el Mallorca, cuando el 'nueve' titular fue Villalibre.

Ahora bien, para revolución en el once la de Pacheta, que hizo nueve cambios respecto al equipo que ganó el sábado al Elche; un centrifugado casi completo en busca de jugadores frescos y con deseos de reivindicarse. La apuesta no pudo salirle peor al técnico burgalés, cuya proverbial valentía se antojó ayer temeridad. No es un campo propicio San Mamés para hacer experimentos con gaseosa. Su equipo dejó algunos bonitos detalles, pero se acabó resquebrajando en defensa como el hojaldre cuando el Athletic se puso a jugar a las revoluciones que necesita para ser competitivo.

El comienzo de partido, eso sí, fue como para que los aficionados rojiblancos -al menos un pequeño retén de voluntarios- sacara una Virgen en procesión y le hiciera una rogativa. A los quince segundos, perdieron un balón en la banda derecha y Weissman pudo entrar hasta la cocina, algo que el israelí volvió a repetir a los dos minutos. El equipo de Valverde, sencillamente, no se enteraba de qué iba la fiesta. No era capaz de dar dos pases seguidos, su centro del campo estaba desconectado y sufría en defensa. Sergi Guardiola, de hecho, estuvo a punto de hacer el 0-1 en el minuto 14, pero su remate se le marchó fuera por muy poco. Lo cierto es que hubiera sido justo porque los pucelanos eran superiores. Estaban haciendo bien las cosas, con criterio, lo cual tenía su mérito ya que era un once nuevo, lleno de suplentes y meritorios.

Si la culpa la tuvo la procesión o no está por ver, pero la realidad es que al Athletic se le apareció la Virgen en el minuto 19. El Valladolid perdió un balón en la medular, Iñaki Williams pudo activarse por la banda derecha y su pase lo aprovechó Guruzeta para marcar en dos tiempos, ya que tuvo que aprovechar el rechace de Masip a su primer remate. A partir de ahí, el partido dio un vuelco. Los rojiblancos se agitaron, Herrera encontró su batuta perdida y la defensa blanquivioleta empezó a hacer aguas. En el minuto 21, Nico Williams, tras irse con mucha clase de su marcador, estuvo cerca del 2-0, lo mismo que De Marcos poco después. Tenía un gol cantado el de La Guardia, pero remató fatal.

Se podría decir que el Athletic no tuvo fortuna para hacer el segundo gol, pero sería mejor decir que toda la suerte la había gastado en una acción muy concreta, una clara mano de De Marcos dentro del área de las que ahora se pitan siempre. O casi siempre, porque el hecho es que Díaz de Mera y sus asistentes del VAR decidieron pasarla por alto; una magnífica noticia para la tropa de Valverde, que se había activado y hacía mucho daño a su rival con su velocidad. Eran momentos para que Sancet se luciera y lo cierto es que el navarro lo intentó, moviéndose y ofreciéndose mucho, aunque no estuvo acertado. En el minuto 40 tuvo una ocasión muy buena y remató contra un defensor.

El partido estaba abierto en la reanudación y Guruzeta se encargó de cerrarlo a la primera oportunidad de que tuvo. Vesga hizo un quite en el que los pucelanos pidieron falta y el balón le llegó al donostiarra, que se sacó un derechazo cruzado de lo más meritorio. El gol provocó asombro en las gradas antes de que estallase la alegría. Por lo inesperado. Por lo que se echaban de menos esas jugadas donde un killer saca un gol de donde no lo hay y lo festeja soplando el humo que sale del cañón de su revolver, como si tal cosa.

La gran noche de Guruzeta incluso pudo coronarse con un 'hat trick' si Díaz de Mera hubiera señalado penalti en una mano clara de Olaza. El manchego debió pensar que, tras haber perdonado al Athletic la de De Marcos en la primera parte, tenía que aplicar el mismo criterio. En todo caso, el equipo de Valverde acabaría haciendo el tercero, obra de Vivian, otro de los nuevos en el once, en un cabezazo en el saque de una falta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios