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Iñigo Agiriano
Domingo, 19 de febrero 2023, 07:45
Después de un inicio de campaña muy complicado, el más difícil desde la llegada del Cholo, el Atlético vuelve, poco a poco, a parecerse a sí mismo. Las sensaciones del equipo tras el Mundial son muy diferentes a las de los primeros meses de campaña. En ese periodo, el Atlético parecía un equipo desnaturalizado y con una plantilla descompensada. Había perdido las señas de identidad que lo habían hecho grande en la última década. El mercado invernal, sin embargo, ha venido bien a los madrileños a pesar de que la plantilla haya perdido nivel con las salidas de Felipe, Cunha y Joao Félix y las llegadas de Doherty y Depay. La marcha de un futbolista como el portugués debilitaría a cualquier equipo, pero Simeone es un entrenador especial, acostumbrado a hacer más con menos, y que, al mismo tiempo, como la experiencia ha demostrado en los últimos años, paradójicamente no sabe qué hacer cuando más tiene. El Atlético ha recuperado la solidez defensiva, De Paul por fin se asemeja al jugador que era en Udinese, y Griezmann está en modo estelar. Con esos mimbres, los colchoneros solo han caído en uno de sus últimos siete encuentros, ante el Barcelona por la mínima, y han recuperado la plaza de Champions que perdieron antes del Mundial.
Sistema y Modelo de juego
El manual de Simeone es de sobra conocido. El problema de los últimos años es que sus plantillas parecían diseñadas para jugar a algo muy diferente a lo que propugna el Cholo. En ese aspecto, hay que reconocer el mérito del técnico argentino a la hora de adaptar su libreto a los jugadores con los que contaba. Del inamovible 4-4-2 pasó a un 3-5-2 en la temporada 2020-21, cuando fueron campeones, y ahora el Atlético se mueve entre varios sistemas. El último encuentro ante el Celta es paradigmático en este sentido. El Atlético comenzó con un 4-3-3, que transformaba por momentos en un 3-2-4-1. Tras el descanso, cambió a un 4-2-3-1 y, después de la expulsión de Savic, volvió a mover sus piezas y acabó en 4-4-1. A pesar de estas variaciones el Atlético transmite convicción en su idea. Ha recuperado el contragolpe, una de sus señas de identidad, vuelve a tener peligro en el balón parado y defiende con mayor eficacia en ese bloque medio-bajo tan del gusto de su entrenador. En ataque, la figura de Griezmann es una bendición para su equipo, un futbolista inteligente que da sentido a todos los ataques y salva al Atlético de esas posesiones planas, demasiado habituales al principio de esta campaña.
El Mundial sienta bien a Molina
Oblak (13) ha recuperado su mejor nivel, como se vio ante el Celta la última jornada, pero la mejor noticia es el gran estado de forma de Nahuel Molina (16), que ha llegado como un tiro tras el Mundial y es uno los grandes argumentos ofensivos del equipo. Giménez (2) parece haber perdido la confianza del Cholo, aunque tras la expulsión de Savic (15) en Vigo este domingo jugará con Hermoso (22). En la izquierda, Reinildo (23) lo juega todo, lo que ha provocado que Reguilón (3) apenas cuente con oportunidades.
Todos entran en la rotación
El capitán Koke (6) es el único futbolista fijo en el centro del campo, donde Simeone ha rotado prácticamente en todos los partidos. De Paul (5) está recuperando su mejor nivel y el canterano Barrios (24) ha dispuesto de oportunidades. Witsel (20) ha perdido protagonismo respecto al inicio de campaña, al contrario que Saúl (17), que parece haber recuperado la confianza de su técnico. Kondogbia (4) es otra alternativa para el puesto de medio centro, mientras que tanto Llorente (14) como Lemar (11) han jugado tanto por dentro como por fuera.
Griezmann da sentido al ataque
El ataque de este Atlético pasa por la imaginación de su mejor futbolista, Antoine Griezmann (8). En la delantera, Depay (9) ha llegado para competir con Morata (19), el máximo goleador del equipo. En las bandas Carrasco (21) y Correa (10) han alternado e incluso ha habido encuentros en los que ninguno ha partido de inicio porque el Cholo ha optado por jugar en los costados con Llorente o el propio Griezmann.
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