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Betis-Athletic | Liga Santander: directo y crónica
Betis-Athletic | Liga Santander Jornada 15

El Athletic vuelve al tajo con mucha determinación

Los rojiblancos suman un meritorio empate en el Villamarín, donde fueron capaces de igualarle al Betis de Pellegrini un pulso muy intenso y disputado

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Jueves, 29 de diciembre 2022

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Casi dos meses después de su último partido, el Athletic volvió al tajo de la Liga y lo hizo con una mentalidad proletaria que le sirvió para llevarse con justicia un punto de mucho mérito. Lo son todos los que se consiguen en el Benito Villamarín ante el Betis de Pellegrini, un gran equipo al que los rojiblancos supieron igualarle ayer un pulso muy intenso, con idas y venidas y un final un poco emborronado y marrullero. Es cierto que los sevillanos exigieron más a Unai Simón que los bilbaínos a Silva, al que no le llegaron a rematar dentro de los tres palos, pero aún así se puede hablar de un choque equilibrado en el que los dos equipos se resintieron de la falta de actividad. Y no tanto en lo físico sino en la precisión y en la lucidez. Hubo muchos momentos de cierto caos en el que no había manera de ponerle el cascabel al gato y todo parecía posible y, a la vez, imposible.

Betis

Silva, Luiz Felipe, Félix, Moreno, Sabaly (Ruibal, m.83), Carvalho, Fekir, Canales (Juanmi, m.76), Luiz Henrique, (Joaquín, m.84), Guardado y Borja Iglesias (Willian José, m.65)

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Athletic Club

Simón, De Marcos, Yeray, Vivian, Yuri, Dani García (Zarraga, m.76), Vesga, I. Williams (Berenguer, m.71), Sancet (Muniain, m.66), Nico Williams y Guruzeta (Raúl García, m.71)

  • Árbitro Hernández Hernández.

  • Incidencias 53.565 espectadores en el Villamarín

Valverde, en cualquier caso, seguro que se sintió satisfecho de la actuación de sus pupilos. Todos les respondieron, unos con más acierto que otros como es natural, en un once que tuvo dos grandes sorpresas. La primera fue la pareja Dani García-Vesga, que Txingurri no había utilizado hasta la fecha y que tampoco tuvo mucho recorrido con Marcelino. De hecho, hubo un momento en el que llegó a parecer un dúo gafe. La segunda fue la ausencia de Íñigo Martínez, un futbolista que, hasta la fecha, cuando no jugaba como titular era siempre por una causa de fuerza mayor. Lo cual nos hace preguntarnos si el hecho de que el central de Ondarroa quede libre pasado mañana puede considerarse de ahora en adelante una causa de ese tipo. Se comprobará en las próximas semanas, que pueden ser muy sintomáticas para el Athletic con enfrentamientos de alto voltaje ante Osasuna, Real Sociedad y Real Madrid. Además de la Copa, se entiende.

Desde el principio, el partido prometió diversión. Y no se trataba de que los dos equipos estuvieran finos sino que, cada uno a su estilo, decidieron guerrear a pecho descubierto, sin esconder nada, con una actitud inmejorable que ayer estaba muy por encima de la calidad de su fútbol, afectada claramente por el largo parón del Mundial. Este hecho hablaba muy bien del Athletic, que salió al Villamarín con una gran determinación, algo que no está al alcance de todos los equipos. Hay que tener una personalidad fuerte para irle a buscar al Betis hasta la puerta de su casa y meterse en su cocina, y plantearle un pulso duro y sin concesiones. Y no sólo eso. Hay que estar dispuesto a dejarse en el campo hasta el último aliento en labores a veces muy ingratas de vigilancia y desactivación de explosivos. Guruzeta y, sobre todo, Iñaki Williams se pegaron una paliza de campeonato, hasta el punto de que su entrenador los acabó sustituyendo en el minuto 70.

Luiz Henrique

Los rojiblancos hicieron un trabajo colectivo impecable durante la primera parte. Dentro de lo posible, tuvieron bastante bien controlado a un Betis que sólo creo verdadero peligro en dos ocasiones. La primera fue un remate de Luiz Henrique en el minuto 10 tras una pérdida tonta de Berchiche, y la segunda, en el 36, un zurdazo cruzado de Fekir tras recibir un pase excepcional de Guardado, ayer mediocentro junto a Williams Carvalho. En realidad, los verdiblancos sólo fueron superiores en los primeros 20 minutos tras el descanso. Luiz Henrique, que jugó pese a al fallecimiento de su padre hace dos días, obligó a lucirse en un par de ocasiones a Unai Simón. El brasileño fue el mejor de su equipo. En cambio Canales, Fekir o Álex Moreno, por citar tres de las mayores fuentes de peligro de los andaluces, aparecieron poco y estuvieron mucho más opacos que de costumbre. Ninguno tuvo el punto desequilibrante de otras tardes, incapaces de superar a los sabuesos que les perseguían.

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De la misma manera que el Betis tuvo ese buen rato de superioridad en el que se acercó al gol, al Athletic hay que adjudicarle un mérito indudable. Y es que, mejorado con la frescura que le aportaron las entradas de Muniain, Berenguer y Raúl García, y la curiosa mejoría de Berchiche, que comenzó el partido fatal y lo terminó afilado y con ganas de comerse el mundo, llegó a superar a su rival y se llevó la preocupación a las gradas del Villamarín.

El Athletic buscó el 0-1 con ardor, apretando por las dos bandas y también por el centro. Por un momento, la posibilidad de la victoria pareció factible. A los rojiblancos, sin embargo, les acabó faltando lo de tantas otras veces en el último cuarto: tino, imaginación, precisión, puntería, inteligencia... En una sola palabra: calidad. Calidad para acabar mejor las jugadas de ataque. Un dato lo dice todo: ninguno de sus once remates encontró portería.

De manera que el empate fue el mejor resultado posible en un clásico al que le sobraron las tanganas y bronquillas de los minutos del descuento, que incluyeron la expulsión de Luiz Felipe y un choque dialéctico entre él y Valverde cuando el central brasileño se retiraba a los vestuarios. Algo insólito, más raro de ver que una tortuga voladora. En el caso de Txingurri, se entiende.

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