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Celta-Athletic | Liga Santander: directo y crónica
Celta-Athletic | Liga Santander

El Athletic firma un partido incomprensible

Los rojiblancos sorprenden con una pésima actuación en Balaídos que agrava su cuesta abajo en la Liga

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Domingo, 29 de enero 2023

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Cuando el Athletic obtiene un mal resultado, las causas casi siempre suelen ser dos. Una muy habitual son los fallos en ataque, ya sea al acabar las jugadas o en los remates a puerta; el famoso desperdicio de ocasiones. Lo vimos por última vez contra el Real Madrid. La otra razón suelen ser los regalos en defensa, los también famosos tiros en el pie, de los que hubo una demostración canónica en el derbi de Anoeta. Hay, sin embargo, una tercera causa, desde luego menos frecuente pero de efectos si cabe más dolorosos: el partido incomprensible. Por malo. Por feo. Por inoportuno. Esta temporada sólo llevaba uno, el de Girona, pero ayer, en el peor momento y en Balaídos, un estadio muy propicio en la última década, el equipo de Valverde sumó el segundo. Su imagen, sobre todo en una segunda parte horrible, fue inaceptable en un aspirante a Europa.

Se diría que la ley de Murphy cayó a plomo sobre los rojiblancos. Todo lo que les podía salir mal, les salió peor. Comenzando por la apuesta de Valverde, que decidió estrenar una pareja nueva en la sala de máquinas con Dani García y Herrera, y mantuvo en el once a Muniain. El de Zumarraga cumplió, pero tanto Herrera como Muniain, cuya elogiada actuación en Mestalla sigue siendo un misterio, no dieron una a derechas. Y lo mismo se puede decir de Nico Williams, bien sujetado por el bravo Galán, y de Guruzeta, de nuevo titular, que apenas apareció. Y no sería justo olvidarse de Sancet, que saltó tras el descanso en lugar de Herrera y no sólo no aportó nada positivo, sino que cometió la pérdida de la que acabó llegando el gol de Aspas en el minuto 70 que decidió el encuentro.

Celta

Marchesín, Galán, Nuñez, Mingueza, Aidoo, Tapia (Fran Beltrán, m.45), Pérez (Solari, m.91), De la Torre (Kevin Vázquez, m.84), Óscar (Larsen, m.45), Aspas y Veiga (Cervi, m.81)

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Athletic

Simón, Lekue (De Marcos, m.72), Yeray, Vivian, Yuri, Dani García (Vesga, m.65) Herrera (Sancet, m.45), Muniain (Raúl, m.66), N. Williams (Zarraga, m.65), Berenguer y Guruzeta.

  • Incidencias: 14.754 espectadores en Balaídos.

  • Árbitro: Díaz de Mera.

Por salir mal, al Athletic le salió mal hasta que Iñaki Williams no pudiera jugar y detuviese en 251 su inigualable récord de partidos consecutivos. El equipo, que fue un erial en ataque y no creó una sola ocasión en toda la segunda mitad, le echó de menos en una cita a la que los rojiblancos llegaron haciendo unas cuentas que no eran precisamente las ilusorias de la lechera. Eran más bien las de un inversor en números rojos, agobiado por la coyuntura económica. Una derrota, sencillamente, le dejaba a cinco puntos de la Europa League, que podrían ser ocho, dado que Betis y Villarreal llevan un partido menos. Vamos, que había que darlo todo, que los puntos eran vitales, como bien recordó Valverde en la víspera. Y la respuesta de sus pupilos no pudo ser peor.

Como esto ya ha ocurrido más veces en situaciones parecidas durante los últimos años, no es extraño el bajonazo moral que sufrió la afición rojiblanca, alarmada y triste por la sospecha de que su equipo ha vuelto a las andadas de la mediocridad. Sus cifras en el último tramo de la Liga así lo indican: tres derrotas y dos empates. Y un solo gol en cinco encuentros. La primera vuelta, en fin, terminó ayer con el equipo en una clara línea descendente en la Liga, algo -este declive, se entiende- que en campañas anteriores se había producido más tarde en el calendario, a partir de mediados de febrero. Eso sí, al menos queda el consuelo de la ilusión, todavía intacta, de la Copa.

El partido comenzó con un escalofrío para el Athletic a los veinte segundos. Una rápida combinación del Celta terminó en un chutazo de Carles Pérez, que batió a Unai Simón desde fuera del área. Por fortuna para los rojiblancos, el VAR denunció que el jugador de Granollers se benefició de un toque con la mano en su disputa por alto con Vivian y anuló el gol. La jugada provocó un espejismo: el de un partido vibrante, disputado y bonito de ver. Y no. Allí no había ningún oasis con agua y palmeras sino dos equipos imprecisos con la pelota y desajustados. Cada uno, eso sí, con un plan muy claro. El Athletic quería dominar y tenía más posesión, mientras que el Celta de Carvalhal, con unos problemas agudos de creación, intentaba golpear en alguna contra, sorprendiendo en velocidad.

El juego se iba espesando y la profundidad era mínima. Los dos equipos, sin embargo, tuvieron una buena ocasión para adelantarse. Los vigueses, en el minuto 12, en un contragolpe que terminó en un disparo cruzado de De la Torre que Unai Simón atajó de forma impecable. Y los bilbaínos, en el minuto 32. Fue una jugada impecable y sorprendente, una bella flor que creció de repente en el hormigón. La crearon entre Dani García, Berchiche y Guruzeta y la culminó Berenguer con una volea que se estrelló en el poste. La historia pudo cambiar ahí. Y en el estado de nervios en el que jugaba el Celta, en puestos de descenso, ese 0-1 hubiese hecho un daño tremendo.

Al descanso, el partido estaba en el aire, pero a pesar de su mal juego y del desgaste presumible por el esfuerzo del jueves, todavía había razones para confiar en la victoria del Athletic. A poco que elevase el listón de su juego, los tres puntos eran perfectamente factibles. El equipo de Valverde, sin embargo, hizo justo lo contrario. Tiró el listón por los suelos. Su fútbol se fue evaporando hasta desaparecer. Ni siquiera el triple cambio en el minuto 65 -Raúl García, Zarraga y Vesga en lugar de Nico Williams, Muniain y Dani García- evitó el naufragio, El Celta se aprovechó de la coyuntura para tener más el balón, dominar y conseguir de forma justa el gol de la victoria en una de esas jugadas en las que Aspas, a sus 35 años, todavía sigue dejando el rastro de su perfume.

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