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Williams y Muniain han sido los protagonistas del partido. Ignacio Pérez

El Athletic vuelve de Vigo con un tesoro

Apoyados en la pujanza de Williams al contragolpe, los rojiblancos ganan por primera vez a domicilio y suman tres puntos de oro en su lucha por la salvación

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Lunes, 7 de enero 2019

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Obligado a ganar en Balaídos, un estadio que fue tierra de promisión hasta que dejó de serlo la pasada temporada, el Athletic cumplió su objetivo. Celebrémoslo. Por primera vez en toda la temporada, el equipo ganó fuera de casa. Los suspiros de alivio de los hinchas rojiblancos presentes en Vigo, entre ellos el nuevo presidente, Aitor Elizegi, tuvieron que escucharse en las islas Cíes. Qué digo yo. Hasta en las Azores. Y más después de vivir, en un descuento de infarto, cómo Maxi Gómez estuvo a punto de batir a Herrerín con un cabezazo postrero. No hubiera sido justo, en cualquier caso, para un Athletic que mereció la victoria. Fue mejor en las dos áreas y tuvo en sus filas al jugador que desequilibró el partido, Iñaki Williams. Asistente en el 0-1 y autor del 0-2 tras recibir un excepcional envío de Herrerín que la defensa celtiña se tragó de mala manera, el delantero bilbaíno hizo por fin lo que se espera de él.

Celta

Rubén; Hugo Mallo, Cabral, Araujo, Juncá; Okay, Lobotka (Sisto, min.63); Beltrán (Hjulsager, min. 80); Brais, Boufal (Eckert, min.74); Maxi Gómez

1

-

2

Athletic

Athletic: Herrerín; Capa, Unai, Íñigo Martínez, Yuri; Beñat, Dani García; (San José, min.75) De Marcos, Muniain, Córdoba (Balenziaga, min.88); Williams (Aduriz, min.62)

  • Goles: 0-1 Muniain min. 19; 1-1 Beltrán min. 46; 1-2 Williams min. 53.

  • Árbitro: Martínez Munuera (colegio valenciano ). Amonestó con tarjeta amarilla a Okay y Hugo Mallo por parte del Celta; a Williams, Córdoba, Dani García, Muniain y Aduriz por parte del Athletic

  • Incidencias: partido correspondiente a la decimoctava jornada de la Liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos ante unos 12.000 espectadores.

Gaizka

En el minuto 7, un centro de Berchiche desde la banda izquierda estuvo a punto de significar el 0-1. Poco después, en una jugada ensayada, Unai Núñez obligó a lucirse a Rubén, que le sacó un cabezazo casi a bocajarro. El partido prometía. Era inevitable confiar en la primera victoria a domicilio de la temporada. El equipo de Garitano estaba un paso por delante de su rival, casi siempre atrancado,

La alegría de todo el banquillo rojiblanco -con la excepción de Garitano, que se mantuvo frío y conservó la compostura con gran contención- lo dijo todo sobre la importancia del partido y la tensión con la que lo estaban viviendo los suplentes del Athletic.

Era complicado saber cómo podía afectar al Athletic, en sus actuales circunstancias, un golpe bajo semejante. Los más pesimistas ya pensaban en un hundimiento inmediato, en el Apocalipsis.

Había que conservar ese 1-2 como si fuera el vellocino de oro y el Athletic lo consiguió. Es más, hasta tuvo un par de opciones de ampliar la renta, sobre todo una de Aduriz, que había salido en lugar de un Williams tocado y cansado. No marcar ese 1-3 tuvo la consecuencia lógica de vivir un largo descuento con el corazón en un puño.

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