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Los jugadores del Athletic celebran el único gol del torneo.

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Los jugadores del Athletic celebran el único gol del torneo. MANU CECILIO
Copa de las Tradiciones

Un estreno con buenas vibraciones

El Athletic trasmite sensaciones positivas en el triangular de la Copa de las Tradiciones, donde pese a su menor rodaje fue muy superior en fútbol y ocasiones al Borussia Mönchengladbach y al Duisburgo

Robert Basic

Duisburgo

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Domingo, 17 de julio 2022

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El Athletic enseñó este domingo la patita en el triangular de la Copa de las Tradiciones. Solo fue un esbozo de lo que puede llegar a ser cuando terminen los trabajos de ensamblaje, aún en fase embrionaria, pero las sensaciones que dejó en el Schauinsland-eisen-Arena invitan a pensar en positivo. Los rojiblancos fueron muy superiores en su duelo inaugural frente al Borussia Mönchengladbach, un choque en el que perdonaron una y otra vez en el área rival –este mal endémico sigue instalado en el equipo–, y también sometieron al modesto Duisburgo, aunque con menos presencia ofensiva. Nico Serrano marcó un bonito gol, el primero de la pretemporada 2022-2023, pero no valió para ganar. El equipo abrió con sendos empates la gira alemana, en la que de momento siguen sin minutos Simón, Iñigo, Capa –se incorporaron tarde–, Guruzeta, Balenziaga –tiene molestias–, Villalibre, Malcom, Padilla y Bilbao.

A los rojiblancos les tocó actuar segundos, después del duelo inaugural entre los dos equipos alemanes. El Gladbach había impuesto la lógica y puesto una cruz al lado del Duisburgo, voluntarioso pero a la vez inocente en su ejecución ofensiva (0-1), por lo que el choque estrella estaba servido en una bandeja de plata de fabricación internacional. No se la llevó nadie porque los bilbaínos perdonaron la vida a su rival, aunque los teutones acabaron llevándose el trofeo gracias a su triunfo inicial. El primer Athletic de la tercera etapa de Valverde estaba plagado de titulares, un once reconocible que con un par de ajustes podría ser perfectamente válido para la Liga. No quería experimentar Txingurri. Prefirió apegarse a fórmulas testadas para estrenar la gira. Solo faltó el gol para certificar la clara superioridad vizcaína. Hasta cinco ocasiones de Nico Williams, Vencedor, Iñaki Williams y Vivian –un paradón de Sippel evitó el tanto del central en la recta final– se fueron al limbo. El olor a pólvora mojada perfumaba el aire de Duisburgo.

GLADBACH

Sippel, Scally, Jantschke, Friedrich, Netz, Itakura, Reitz, Yvandro, Fraul, Hermann y Conor. También jugaron Neuhaus, Gaal, Wolf, Plea, Thuram y Hofman.

0

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ATHLETIC

Agirrezabala, De Marcos, Vivian, Yeray, Yuri, Vencedor, Vesga, Nico Williams, Muniain, Berenguer e Iñaki Williams.

  • Árbitro: Lars Aarts (ALE). Mostró amarilla a Gaal.

  • Incidencias: 6.022 espectadores se dieron cita en el Schauinsland-reisen-arena de Duisburgo. Antes del partido se entonó el himno del Athletic, hubo mascotas y animadoras.

DUISBURGO

Müller, Bitter, Senger, Mai, Kölle, Bakalorz, Ajani, Ousch, Knoll, Stierlin y Bakir. También jugaron Fleckstein, Jander y Frey.

1

-

1

ATHLETIC

Iru, Petxarroman, Nolaskoain, Paredes, Lekue, Dani García, Zarraga, Morcillo, Sancet, Nico Serrano y Raúl García.

  • Goles: 0-1, m.20: Nico Serrano; 1-1, m.35: Ajani.

  • Árbitro: Luca Marx (ALE). Amonestó a Morcillo (m.24 ).

  • Incidencias: 6.022 espectadores se dieron cita en el Schauinsland-reisen-arena de Duisburgo. Antes del comienzo del partido hubo música y baile.

El Gladbach venía más rodado y con más ritmo –había disputado cuatro amistosos–, pero no se notó. Al revés, los que mandaron de principio a fin fueron los rojiblancos. Encerraron a los alemanes y tiraron la llave al Rhin. Tenían la batuta de mando y jugaban al fútbol. Los renanos apenas salían de la cueva, montados en el autobús y sin billete de vuelta. A gusto en el asiento de atrás. La única que tuvieron fue la de Fraulo, quien se fue fácil de Yeray y luego cruzó en exceso. No tardó nada en responder el equipo con una buena galopada de Nico Williams, lanzada por un pase de Vesga, aunque el pequeño de los hermanos remató fuera. Ahora bien, fue de largo el mejor de los suyos: rápido, desequilibrante, participativo y con buenos centros. Incluso pudo marcar de un cabezazo a pase de Berenguer. Llegó forzado y envió la pelota por encima del larguero.

El Athletic proponía y los alemanes no daban una a derechas. El técnico del Gladbach, Daniel Farke, hizo seis cambios en busca de un fútbol más acorde con la categoría de su equipo. La respuesta de los rojiblancos fue una jugada de estrategia a la salida de un córner que remató alto Vencedor. El marcador no se movía, pero en un combate de boxeo los de Valverde hubieran ganado por puntos y dejado la cara marcada al tipo que estaba enfrente. Nico Williams atravesaba la banda derecha como un cuchillo. A la media hora de juego sirvió un gran centro que no pudo conectar Muniain. Entonces el equipo trenzó una gran acción entre Vencedor, De Marcos e Iñaki Williams, quien mandó alto un balón que el banquillo rojiblanco veía dentro. Los teutones miraban el reloj y pedían la hora. Al Athletic le dio tiempo a fabricar otra gran ocasión, doble, que no entró por los reflejos felinos de Sippel. Vivian remató de cabeza y el meta respondió a las mil maravillas, también con el rechace. Los bilbaínos merecieron irse con un triunfo amplio y cerraron los 45 minutos empatados a cero, víctimas de nuevo de su falta de precisión.

Como era de esperar, Txingurri puso un once totalmente diferente contra el Duisburgo. El escenario no cambió nada, algo previsible dado que los locales compiten en la tercera categoría del fútbol alemán. El Athletic jugaba en el campo rival –la hierba estaba más seca que la pólvora– y buscaba abrir grietas en el muro. Después de un par de buenas acciones de Morcillo –centro a Raúl García y dos disparos–, Petxarroman sirvió un delicioso pase que Nico Serrano metió dentro entre aplausos de un centenar de seguidores rojiblancos. La lata estaba abierta y tocaba arrancar la tapa para comérsela entera. Pero se le atragantó el Duisburgo.

Los locales se fueron tímidamente un par de veces hacia arriba y en una de las aproximaciones Ajani batió de cabeza a Iru. Llegar y besar al santo. Y pudo ser peor porque el árbitro se inventó un penalti de Paredes sobre el propio Ajani –se resbaló, cayó a la piscina y el colegiado dijo que había agua–, que el meta rojiblanco detuvo a Frey. El Athletic mereció ganar los dos partidos y no lo hizo por una vieja enfermedad. Curar la falta de gol pide medicina contundente.

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