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Elche - Athletic | Liga Santander Jornada 38

El Athletic hace un favor al Elche

El equipo de Marcelino se lo toma con mucha calma en el Martínez Valero y pierde un nuevo partido que ensombrece todavía más una Liga mediocre

Sábado, 22 de mayo 2021

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Empieza a ser costumbre que el Athletic acabe las Ligas no sólo en mitad de la tabla sino dejando un sabor de boca malísimo, como de probador de ajos. La pasada temporada fueron aquellas dos indigestiones ante el Leganés y el Granada. La anterior, una derrota ante el Sevilla. Hace tres años, dos pifias frente al Espanyol y el Alavés. En fin, que hablamos mucho de la irregularidad del Athletic, pero en algunos aspectos es muy regular.

Desde los primeros escarceos fue evidente que el partido iba a ser una dura prueba de fuego. Para la paciencia de los hinchas rojiblancos, se entiende. Para comprobar su grado de resistencia ante un muermo del calibre 33, uno de esos choques que parecen entrenamientos de pretemporada.

El partido no tenía un dominador claro. El juego era de ida y vuelta, casi siempre bastante insulso e impreciso. El Athletic sólo encontraba algo interesante en las evoluciones de Berenguer mientras que el Elche lo fiaba casi todo a los centros de Fidel, uno de esos zurdos con clase que se convierten en máquinas de colgar balones en el área. Lo más interesante era observar la presencia de público en las gradas del Martínez Valero, escuchar esos aplausos y gritos que después de quince meses de ausencia llamaban la atención, como una reliquia del pasado.

En el campo pasaban tan pocas cosas que el bloc del cronista se iba llenando de nimiedades. Como un disparo de Vesga en el minuto 9, que por supuesto no fue gol. O un buen centro de Fidel al que casi llega Boyé. Esta monotonía se quebró con una falta de atención del Athletic, el típico despiste de los equipos desenchufados. Lekue se quedó protestando una falta y el Elche sorprendió con un saque de banda que acabó en gol de Boyé. Otro error de bulto que cuesta un gol al equipo de Marcelino, uno más en una larga lista negra de cantadas con la que el técnico de Careñes se desvelará con sudores fríos en las noches de verano.

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No hace falta decir que el gol fue una bendición para los locales, que tampoco estaban sobrados de imaginación y el regalito les vino de maravilla. A partir de ahí se entonaron un poco en base a una percepción: la de que les bastaba con mantener el orden para sentir que lo tenían todo bajo control. Y lo tenían, ciertamente. Con excepción de Berenguer, la producción de todo el frente de ataque fue de una pobreza abrumadora. Ibai Gómez, Villalibre y Sancet, lo mismo que su sustituto Williams cuando entró en el minuto 57, fueron una nulidad, como lo fueron Unai López y Vesga. No es extraño que la temporada acabe con una gran preocupación respecto al nivel del juego ofensivo de los rojiblancos.

Tampoco hubiese servido de nada. El Elche ya ganaba 2-0 desde que Guti sorprendió a Ezkieta con un gran derechazo desde fuera del área en el minuto 73 y el partido sólo seguía por inercia, porque había que llegar a los 90 minutos y, en casos como ayer, con una estricta puntualidad. Lo importante estaba en Huesca, de manera que se agradeció que el partido terminase, aunque sólo fuera para contemplar ese minuto y medio de agonía de los ilicitanos que concluyó con un estallido de felicidad. Fue lo más bonito de la tarde.

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