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El Athletic no pudo con el Betis en un duelo directo por Europa. Manu Cecilio
La espina clavada

La espina clavada

Revancha ·

La derrota contra el Betis en San Mamés el pasado 4 de mayo fue decisiva para que el Athletic no pudiera cumplir su objetivo europeo

Jon Agiriano

Jon Agiriano

Bilbao

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Sábado, 26 de agosto 2023, 01:06

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En los días anteriores al partido contra Osasuna se habló mucho de los inevitables deseos de revancha de los jugadores del Athletic tras los disgustos que les provocó el equipo navarro la pasada temporada eliminándoles en la semifinal de la Copa y privándoles luego del séptimo puesto. Algunos incluso llegaron a hablar de una venganza feroz e inaplazable, como si los jugadores rojiblancos hubieran pasado el verano rumiando su desquite en una celda oscura del castillo de If. El caso es que a los pupilos de Ernesto Valverde les vino muy bien llegar el sábado a El Sadar con el ánimo afilado. Ahí está el resultado.

Pues bien, llegados a este punto sólo cabe pedirles que prolonguen su ardor guerrero hasta este domingo. Y es que, si Osasuna fue su gran verdugo, el Betis fue el equipo que les empujó a la ruina. Es cierto que el penoso final del Athletic en la pasada Liga (5 puntos de los últimos 24 en disputa) comenzó de forma oficial en la jornada 31 con la derrota en San Mamés ante el Sevilla de Mendilibar, a la que siguió un afortunado empate a última hora en Mallorca gracias a un penalti por manos involuntarias de Ruiz de Galarreta. Estos dos tropiezos hicieron daño, sin duda. Los rojiblancos, que tras ganar en Almería en la jornada 30 eran séptimos a sólo tres puntos del quinto y sacaban cinco al octavo (Osasuna), vieron muy empeorada su situación. La quinta plaza se alejó en beneficio del Villarreal y tanto los navarros como el Girona se acercaron a tres puntos.

Había que espabilar, efectivamente, pero lo cierto es que antes de enfrentarse al Betis, que también había tropezado en las dos jornadas anteriores (empate contra la Real en casa y derrota en el Camp Nou), los rojiblancos todavía dependían de sí mismos para ser sextos y entrar en la Europa League. Los cálculos eran fáciles de hacer y los 43.116 espectadores que se dieron cita en San Mamés la noche del jueves 4 de mayo los llevaron muy bien hechos. A dos puntos de su rival (49 frente a 47), el Athletic necesitaba ganar para ser sexto. El empate era malo, pero tampoco el fin del mundo porque se mantenía la distancia de dos puntos a falta de cinco jornadas y los bilbaínos tenían un average general (+11 frente a +1) mucho mejor que el equipo de Pellegrini.

Golpe a las aspiraciones europeas

La derrota, sin embargo, era una catástrofe. Suponía prácticamente la despedida de la Europa League, ya con un Betis situado a cinco puntos de distancia y con el average a favor. Y no sólo eso. Hasta el séptimo puesto, que podía valer el billete para la Conference si Osasuna perdía la final de Copa, quedaba en entredicho. Su conquista iba a convertirse en una riña a cinco con Girona, Rayo Vallecano, Osasuna y Sevilla.

El duelo contra el Betis, en fin, era una final y los rojiblancos la perdieron, que es lo que acostumbran a hacer con las finales. No han pasado todavía ni cuatro meses de aquel disgusto. La herida es muy reciente. Los andaluces se adelantaron con un gol de Willian José a los cinco minutos tras un error de defensa bilbaína y eso puso de los nervios a los pupilos de Valverde, que pasaron un mal rato y estuvieron cerca de encajar el 0-2. Aún así, no dejaron de intentarlo y, sobre todo en la segunda parte, acorralaron a un Betis metido en la madriguera. Las estadísticas dibujaron un escenario paradójico ya conocido en el Athletic: 63% posesión; 21 remates, 6 de ellos entre los tres palos; 35 centros al área y 13 córners... Y todo ello para nada. El exceso de ansiedad y la falta de calidad a la hora de terminar las jugadas y afinar los remates condenó una vez más a los rojiblancos. Se supone que este domingo querrán quitarse esa espina clavada.

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