No queda nada para la final de la Copa y el Athletic está ultimando su puesta en escena de cara a la batalla del próximo sábado. Cada detalle importa y todo tiene que estar perfecto y estudiado cuando Velasco Carballo decrete el comienzo del partido a las 21.30 horas. Los rojiblancos están atrincherados desde ayer en Lezama, donde se esculpirá el perfil definitivo del ‘once’ que saltará al césped del Camp Nou. La principal duda se localiza en el hueco derecho de la defensa por la ausencia del sancionado De Marcos, pero no hay que dar por hecho que habrá allí un sustituto natural. Ernesto Valverde podría variar el dibujo e introducir la variante de los tres centrales, con Gurpegui, Etxeita y Laporte por delante de Herrerín, mientras que Iraola y Balenziaga harían de laterales carrileros. Una posibilidad que asoma en el horizonte y que no conviene dar por descabellada.
El Barça de Luis Enrique no tiene secretos para los jugadores y el cuerpo técnico del Athletic, que busca la mejor manera de reducir espacios y amurallarse ante el poderío blaugrana. Esto no conlleva una renuncia al fútbol de ataque, sino una mayor protección en las zonas más sensibles y la posibilidad de montar transiciones rápidas y lanzar a Aduriz y Williams. En principio, el canterano dejaría la banda derecha y centraría su posición para juntarse con el donostiarra, la principal referencia atacante del equipo. Los dos serían los puntales rojiblancos en lo que muchos denominan ya el partido más difícil del mundo.
Centro del campo poderoso
Valverde intuye que debe dar una vuelta de tuerca a su habitual esquema de juego y ofrecer otro planteamiento que reste fluidez al fútbol blaugrana. De ahí que podría recurrir al sistema de los tres centrales que ya empleó en la eliminatoria contra el Torino. En el choque de ida fue precisamente lo que salvó a los bilbaínos -hizo esta variación en la segunda parte- y lo repitió en el de vuelta, aunque los italianos supieron materializar las escasas ocasiones de las que dispusieron y pasar. Ahora se trataría de alinear de nuevo a Gurpegui, Etxeita y Laporte y flanquearles con Iraola y Balenziaga. Todavía quedan tres días de pruebas, pero una de las opciones es esta.
El técnico rojiblanco también construiría un centro del campo poderoso con Mikel Rico, San José y Beñat, este último como el encargado de fabricar el fútbol del equipo. El de Arrigorriaga y el navarro son dos jugadores que abarcan mucho terreno y trabajan a destajo. Además, ambos tienen gol, sobre todo el medio internacional, que es un especialista en la estrategia y lleva ocho tantos entre Liga (5), Champions (2) y Copa (1). De hecho, es el segundo máximo artillero del equipo después de Aduriz.
A partir de ahí, solo quedaría hueco para dos hombres. Serían para Aduriz y Williams, la dupla atacante. El canterano también descargaría de las labores de persecución al guipuzcoano, quien será sometido a una especial vigilancia por parte de los centrales azulgrana, Piqué y Mascherano. El Athletic sabe que deberá ofrecer su mejor versión y hacer lo imposible para que el Barcelona no esté a su nivel habitual. Presionar, achicar los espacios, minimizar los errores y hacer que no se sientan cómodos es parte del plan rojiblanco.