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Iñaki Williams remata alto en la última jugada del encuentro frente al Getafe.

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Iñaki Williams remata alto en la última jugada del encuentro frente al Getafe. Carlos Gil-Roig
Getafe - Athletic | Liga Santander Jornada 10

Demasiados errores como para ganar

El Athletic se adelantó por dos veces en Getafe, la primera a los dos minutos, pero pecó de debilidad y tuvo que resignarse al empate

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Martes, 18 de octubre 2022

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El Athletic no pudo pasar del empate en Getafe, donde ofreció una imagen extraña, desde luego más confusa y vulnerable de lo habitual. Cometieron demasiados errores los pupilos de Valverde, tantos que la victoria acabó siendo imposible por mucho que el equipo se adelantara por dos veces, la primera a los dos minutos. Fueron los suyos errores individuales y también colectivos. Hubo demasiados futbolistas bloqueados, empezando por Muniain y Sancet, que fueron sustituidos en el minuto 55, y siguiendo por Unai Simón, que hizo dos pifias que no acabaron en gol de milagro. Y hubo demasiadas desconexiones en el juego y altibajos en la presión.

Getafe

Soria; Damián, Djené, Mitrovic, Duarte, Iglesias (Angileri, m. 72); Aleñá (Algobia, m. 85), Maksimovic (Munir, m. 73), Milla; Borja Mayoral (Portu, m. 85) y Ünal (Latasa, m. 92).

2

-

2

Athletic

Simón; De Marcos (Yuri, m. 55), Vivian, Iñigo, Lekue; Herrera (Zarraga, m. 74), Vesga; Nico (Dani, m. 74), Sancet (Raúl, m. 56), Muniain (Berenguer, m. 56); e I. Williams.

  • GOLES 0-1: 1' Williams | 1-1: 26' Aleñá | 1-2: 61' Raúl García | 2-2: 75' Munir

  • ÁRBITRO Munuera Montero.

  • INCIDENCIAS 11.395 espectadores en el Coliseum.

No es fácil definir en el fútbol el concepto de seriedad, pero lo cierto es que al Athletic le faltó ayer en el coliseo Alfonso Pérez. Seriedad en el sentido de interpretar con rigor las necesidades del partido ante un Getafe con más vuelo del que se pensaba. Los azulones estuvieron intensos, inteligentes para aprovechar su fútbol directo y las segundas jugadas, y desde luego bastante mejor de lo que se esperaba con la pelota gracias sobre todo a Aleñá y Milla. La verdad es que se trabajaron con pico y pala el empate y demostraron personalidad para superar los mazazos de Iñaki Williams en el minuto 2 y Raúl García en el 75.

Parecía que Valverde iba a refrescar el once tras el esfuerzo del sábado ante el Atlético y la perspectiva del partido del domingo en el Camp Nou. Al final, sin embargo, apenas lo tocó. En realidad, sólo hubo un cambio como tal, el de Herrera en lugar de Berenguer, ya que la entrada de Vivian se daba por hecha tras la lesión de Yeray. El exjugador del PSG disfrutó de este modo de su primera titularidad desde su llegada al Athletic y Muniain, por lo visto imprescindible y por tanto indiscutible para su técnico, pasó a la banda izquierda. Concluido el partido, la conclusión era evidente. Herrera puede aportar un toque de calidad al centro del campo, como demostró en el primer gol. Pero todavía está bajo físicamente, como demostró ya pasada la media hora. Y Muniain en la izquierda, como es bien sabido, es un casi cero a la izquierda, valga la redundancia.

El partido no pudo empezar mejor para los rojiblancos. A los dos minutos, una exquisitez de Herrera picando por encima de los centrales, perfectamente culminada por Iñaki Williams, supuso el 0-1. Adelantarse pronto siempre es bueno, pero ante rivales pedregosos que en teoría van a acumular once futbolistas por detrás del balón, la satisfacción es doble. Es como si los planes del contrario se fueran por el desagüe a las primeras de cambio. El gol, sin embargo, no tuvo para el Athletic el efecto benéfico que se presuponía. Entre otras cosas porque el Getafe de Quique Sánchez Flores tampoco fue el que se presuponía.

Es cierto que, tras marcar el 0-1, los rojiblancos se pusieron a tocar con criterio y a mostrarse tan superiores que muchos llegamos a pensar que aquello podía ser la antesala de un festival como los que se vivieron ante el Cádiz, el Elche y el Almería. Pues no. El equipo de Valverde no tardó nada en relajarse. Su presión perdió altura y decibelios y su juego fue perdiendo matices hasta convertirse en algo demasiado predecible y básico: la búsqueda de Iñaki Williams, que acabó el partido exhausto, y algunas excursiones por la derecha de De Marcos y Nico.

El Athletic no tardó en pagar esos errores, quién sabe si producto de un exceso de confianza nacido tras marcar un gol tan tempranero. El caso es que Getafe empezó a crecer hasta igualar el pulso y superar a un rival cada vez más ensombrecido. El gol de Aleñá en el minuto 26 tuvo un aliño de suerte -Unal cabeceó como pudo hacia arriba y le salió una asistencia perfecta-, pero fue un premio justo a los méritos de los madrileños. Iñaki Williams, eso sí, tuvo una ocasión muy clara en el minuto 39, un cabezazo franco que no supo dirigir, como le sucede habitualmente.

La segunda parte arrancó con los locales dispuestos al abordaje. Una chilena de espaldas de Unal, a la que respondió bien Unai Simón, y un gran centro de Aleñá al que estuvo a punto de llegar el delantero turco, dibujaron un escenario peligroso para el Athletic. Valverde reaccionó con un triple cambio dando entrada a Raúl García, Berenguer y Berchiche en lugar de Sancet, Muniain y De Marcos. El equipo mejoró y Nico Williams comenzó a activarse por su banda y a hacer sufrir a Iglesias, que cargaba con una amarilla que era como cargar con la cilíndrica de cien kilos. Que el pequeño de los Williams saque el cuchillo es fundamental para este Athletic. Y volvió a demostrarse en el 1-2, obra de Raúl García.

Faltaba un cuarto de hora y los vientos parecían favorables para los bilbaínos. No era fácil saber cómo iba a reaccionar el Getafe a ese golpe inesperado, que además le había llegado justo después de que Mayoral perdonara un gol que Unai Simón le había dejado en bandeja en una de esas pifias suyas que no se sabe bien si son producto del exceso de confianza, de una pasión secreta por la temeridad o de alguna reacción atontante en sus bebidas isotónicas. Pues bien, el grupo de Sánchez Flores reaccionó de la mejor manera posible, con intensidad y ambición, mientras el Athletic volvía a atrancarse y acababa pagando muy caro un nuevo error. En este caso fue una pérdida de Lekue en la salida de balón que terminó con Munir haciendo el empate que ya no se movió. Iñaki Williams tuvo cerca el 2-3 en el último segundo del descuento, pero estaba derrengado y el balón se le fue a las nubes.

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