Se podía haber llamado Carlos, como su abuelo materno, pero la muerte de un amigo de su padre hizo cambiar de opinión a su familia. Ander Herrera es un tipo normal. Puede que en el terreno de juego sea pieza fundamental del Athletic, pero cuando se saca el mono de trabajo se convierte en un chaval de 23 años (ahora tiene 24) que se va al cine con la cuadrilla el día del espectador y al que su madre, Yolanda, le recuerda de vez en cuando que retome sus estudios.
- Es una persona de sonrisa fácil.
- Intento ser optimista incluso cuando vienen mal dadas. Creo que es algo que se contagia. Y tengo amigos que lo está pasando mal.
- ¿Por el paro?
- Sí. La suerte es que tienen un soporte familiar que les puede ayudar.
- Si yo le digo ERE?
- Es una lacra social a la que no me veo ajeno. A mi familia le ha afectado. Y podría pasar en el fútbol.
- ¿También hay una burbuja con tanta cláusula millonaria?
- Eso al final es una mentira. Se paga una de cada mil. En cuanto a nuestros sueldos millonarios..., creo que cobramos lo que generamos. Otra cosa son las deudas de los clubes. No es justo que mientras el Athletic tiene sus cuentas saneadas, otros equipos no paguen a Hacienda, ni a sus jugadores, ni sus fichajes, ni nada, compitan con esa ventaja y estén por encima de nosotros en la clasificación. El Gobierno, el Estado, les tiene que hacer pagar. Y si no, que no puedan fichar.
- ¿A usted le preocupan esos compañeros que no llegan a fin de mes?
- Claro. Tengo tres amigos que juegan en Segunda B y viven al día. Uno de ellos se ha roto la rodilla, es mileurista y no tiene los seguros que tengo yo, por ejemplo.
- La vida de un futbolista es corta. ¿Eso forja el carácter?
- Llegar a Primera División, a ser un privilegiado, no es un camino de rosas. Todos lo hemos pasado mal en algún momento. Esto es como un embudo: el final es muy estrecho y llegamos muy pocos. Por eso te haces fuerte y competitivo.
- ¿Y eso último es bueno?
- En la vida triunfa los que quieren superarse y ser mejores que otros.
- Todo el día echando carreras.
- Hombre, también hay que echar una mano a quien lo necesite. No hay que pisar a nadie, ni hundirlo, ni humillarlo.
- A veces dan ganas de bajar los brazos.
- Hay que luchar siempre.
- Habla mucho de sus amigos, pero la vida del fútbol no ayuda a conservarlos.
- Eso está en tu mano. Yo conservo los que conocí en el "cole" y al empezar a jugar. Tenemos un grupo de WhatsApp para contarnos las cosas.
- Ese móvil tiene que estar sonando cada minuto...
- (Risas) Por eso digo que si eres ajeno a lo que le pasa a tu gente es porque quieres.
- ¿Y de qué habla su cuadrilla?
- Los veo cada dos o tres semanas, así que mira si hay para hablar? Hablamos de los estudios, de los exámenes, de cuándo coger vacaciones juntos, de salir a tomar algo... Pero no de fútbol.
- Con 25 años un futbolista de Primera tiene la vida solucionada.
- No es verdad. Tienes la bases para que sea así, pero luego está la cabeza de cada uno. Hay que saber invertir, guardar, no malgastar?
- ¿Y la buena cabeza viene de?
-Del entorno, y principalmente de la familia. En mi caso, además, está el ejemplo de mi padre, jugador de Primera muchos años.
- ¿El futbolista descerebrado es un mito?
- Existen en mucho menos porcentaje de lo que se cree. Suelen ser, sobre todo, extranjeros de entornos muy humildes, que no saben cómo gestionar el éxito.
- Forman familias a edades muy tempranas? ¡Qué vértigo!
- Sí. Yo quiero vivir las cosas a su tiempo para no preguntarme a los 40 por qué con 23 no me fui de vacaciones con mis amigos.
- Y con esos colegas del "cole" sin sueldos millonarios, ¿dónde va?
- Pues me adapto. He dormido en hostales con ellos y me lo he pasado increíble. Hay que ser normal. Si hay que ir a comer menú del día, se va.
- ¿Y va a la compra?
- Claro. Además, aquí la gente es muy educada. Si se te acercan, saludas... Puede que estés haciendo feliz a esa persona sólo con eso.
- ¿El fútbol distrae de los verdaderos problemas?
- Es verdad. La gente espera al fin de semana para ver a su equipo y evadirse de sus problemas.
"Voto siempre"
- ¿Ve las noticias?
- Sí.
- ¿Los políticos nos van a sacar de la crisis o los colores?
- Es que creer en los políticos a día de hoy? Quiero pensar que también los hay honrados, pero...
- ¿Vota?
- Sí. Siempre. Creo que es importante. Y me enfado con los amigos que no lo hacen.
- ¿No les entiende?
-Entiendo que estén desilusionados. Pero seguro que hay otras opciones a las que escuchar más allá del bipartidismo.
- ¿El 15-M fue una oportunidad?
- Lo fue, pero al final se quedó un poco 'paradito' y se desvirtuó.
- ¿Que sea el pueblo el que rescate a los bancos es justo?
- No, por supuesto. Ni el tema de los desahucios: ¿cómo puede ser que te quiten tu casa y la sigas pagando? Dieron créditos a todo el mundo. Incluso a aquellos que no ganaban más que 20.000 euros anuales y pedían para comprarse un coche de 30.000. El Gobierno tenía que haberlo parado antes. Se vivió por encima de nuestras posibilidades y nos dieron créditos por encima del límite.
- ¿Se vivió o nos dejaron vivir?
- Quisimos y nos dejaron, pero lo primero, quisimos. Somos responsables. No somos ovejas en un rebaño a las que nos lleve un pastor. Si cobro "X" no me puedo gastar "X" más dos.
- ¿Tiene hipoteca?
- Por suerte, cubierta. Cuando empecé con ella lo primero que quería era pagarla. Me daba vergüenza deber dinero (se ríe).
- Hombre...
- Lo que no puede ser es que pidas una hipoteca para pagar tu casa y que, como pasaba hace años, te inviten a que pidas algo más de lo que cuesta y así te compras un coche nuevo. ¡Que esto te lo decían antes! ¿Cómo podía ser? ¿En manos de quién estaban los bancos?
- ¿A qué edad se independizó?
- Compré la casa con 20 años, pero seguí viviendo con mis padres hasta que me vine a Bilbao (en 2011).
- Visto lo visto, ¿volvería a comprarse una vivienda?
- En mi caso, mucho tienen que cambiar las cosas para que no viva en Zaragoza o no pase allí mucho tiempo. Pero tampoco se me caen los anillos por ir de alquiler.
- ¿Hemos tenido muchos gastos superfluos?
- Dos o tres coches, la casa de la playa, el crédito para irse de vacaciones? Paga lo que debes y ya te irás luego.
- ¿Y cuando salgamos del bache volveremos a esa 'dolce vita'?
- Espero que no. Espero que la gente se acuerde de esto y, si no, que se lo recuerden. Es fundamental.
- ¿Jubilarse con menos de 40 es una segunda oportunidad o el momento de vivir la vida?
- Yo creo que no aguantaré sin hacer nada. No podría estar tirado en la cama todos los días hasta las 12.
- ¿Sería capaz de aguantar un trabajo en una cadena de montaje, a turnos, con un jefe??
- No lo sé. Supongo que si lo necesitara, tendría que hacerlo. Nosotros también tenemos jefes y normas, pero es cierto que disponemos de un buen sueldo.
Los impuestos y ETA
- Empezó en la Universidad.
- Sí, empecé Periodismo y luego lo dejé por Relaciones Laborales, aunque me equivoqué. No sigo porque es complicado. Hay mucha exigencia y hay que echarle horas. Eso de que entrenamos hora y media y ya está es una leyenda.
- ¿Escucha música?
- Soy de música en el coche. No suelo llevar los cascos puestos ni por la calle ni en las concentraciones. Prefiero charlar con gente que me aporte algo.
- ¿Y leer?
- El último libro que he leído me lo recomendó un ayudante de Bielsa: 'Esperándolo a Tito', de Eduardo Sacheri, una historia de fútbol de barrio. También me marcó mucho 'El niño del pijama de rayas'. Pero no te voy a engañar, no soy un gran lector.
- La imagen del futbolista parco en palabras...
- Puede parecer que somos 'limitados', pero muchas veces es producto de la timidez. No es fácil tener cuatro cámaras delante y veinte tíos apuntando lo que dices. Entre nosotros, las cosas cambian.
- ¿De qué se habla estos días (abril de 2013) en el vestuario del Athletic?
- Del Impuesto de Patrimonio (se acababa de reimplantar), que en Bizkaia se ha marcado en el 2%.
- ¿Es un vestuario indignado?
- A final tienes la sensación de que estás pagando lo que han robado otros. Porque, si no se hubiera llegado a esta situación, no se subiría el impuesto. Si tenemos que contribuir así a levantar esto, de acuerdo. Ahora, también queremos ver muestras de otra gente.
- ¿Le mosquea?
- Mosquea que te quiten tu dinero, sí. Pero todos tenemos que contribuir a levantar esto. Los que tenemos mejor situación, más aún.
- ¿Alguna vez le han criticado por ser vasco?
- La gente de mi entorno nunca. Pero claro que he visto cómo se nos metía a todos en el mismo saco.
- ¿Y no se enfadaba?
- Sí, pero como no era gente cercana... Tampoco voy a hacer cambiar de opinión a alguien que en un campo me llama etarra. El que lo dice, bastante tiene con lo suyo.
- Los vascos están siempre bajo la lupa.
- Hace tiempo, puede. Ya no. A ello ha ayudado mucho el final de la violencia.
- ¿Le afectaba mucho la anterior situación?
- Afectaba porque desde fuera parecía que todos queríamos conseguir las cosas con la violencia. Ahora la situación es muy buena.
- ¿Cree en Dios?
- Tengo mis dudas, pero creo que algo más hay.
- Ya, pero a la Iglesia todos los domingos, como que no...
-No, aunque en el Athletic rezamos un padrenuestro antes de jugar. Yo no lo había visto antes ni en la selección ni en el Zaragoza.
- ¿Por si cae una 'ayudita' divina?
- No es que te vaya a hacer ganar, pero bueno... (sonríe).