Se consiguió. Alegría. Euforia. También sufrimiento tras esa diana de Hamsik nada más arrancar la segunda mitad. Pero apareció Aritz Aduriz. El goleador. El artillero. El ‘zorro’ del área. El ‘killer’. Dos goles del donostiarra y otro de Ibai Gómez... ¡Somos uno de los mejores 32 equipos de Europa! El Athletic está en la fase de grupos de la Liga de Campeones. Se logró. Risas. Éxtasis de Champions en Bilbao. Con el nuevo estadio ya completo, y repleto, la tropa de Ernesto Valverde no podía errar. Prohibido fallar, les había escrito el técnico en la pizarra del vestuario de una aborratada Catedral. A tope con la escuadra vizcaína. En ebullición. Y ese premio deseado desde hace 16 años, desconocido para toda una generación nacida más tarde de 1994, se consiguió ayer. ¡Que pasen los siguientes! El Bayern, el Dortmund, el Chelsea, la Juventus o el PSG. Nos da igual. Ya estamos entre la clase VIP del Viejo Continente. Con las escuadras que más brillan. Por fin. Después de una década y un lustro, los hinchas rojiblancos, siempre fieles, alguno sin voz, seguirán este jueves el sorteo de la siguiente ronda de una competición inigualable.
Se daban todos los ingredientes para que el sueño no se quemase en el play-off. Para que esa hambre de gloria, de éxito, no se extinguiera en esta previa frente al Nápoles. El rojo y el blanco, como en las grandes ocasiones, teñía una soleada villa desde primeras horas de la mañana del miércoles. Todos a una. Como se desmotró en la salida del equipo hacia La Catedral desde su hotel de concentración. Bengalas. Luces. Apoyo. Había que arropar a los ya héroes, a una plantilla que ya es leyenda de un club centenario. Como prometieron desde la igualada a uno en Nápoles, los vizcaínos mantuvieron su identidad: ataque, presión... La fórmula del éxito.
Nada de esperar a los italianos. "Vamos, Vamos", gritaba Aymeric Laporte en el túnel de vestuarios. Y fue así. Desde el inicio del duelo, los locales buscaron ese gol que disipar todas las dudas. Aunque también el Nápoles, con esa seña de plantarse en el área rival con tres toques, buscó esa diana que volteara la eliminatoria. Callejón fue el primero que gozó de una oportunidad. También Higuaín, pero estaba en fuera de juego. Eso sí, a pesar de que los bilbaínos siguieron su habitual modelo, se les veía una pizca nerviosos. Un patadón al aire de Iturraspe, una arriesgada salida de Iraizoz que casi toca el balón fuera del área... A partir de ahí, no obstante, surgió el Athletic, que ya se ha asegurado 20 millones al entrar en la fase de grupos. Apareció la escuadra de siempre. Con oportunidades. Como demandó Aduriz en la previa. Con la grada encendida. "¡Athletic, Athletic!". Mitad de la primera parte. Córner de Beñat desde la derecha. Llega al área. Surge solo, sin oposición, Carlos Gurpegui, que remata a la derecha del palo de Rafael. Lo tuvo. Era la oportunidad. Pero erró el capitán.
De inmediato, otra. De Marcos, muy bien por la banda derecha, tanto en ataque como para secar a un Mertens que fue titular por un insípido Insigne por la izquierda, cabalga. Y chuta desde fuera del área. A córner despeja Rafael. Y otra. De Laporte. Que recibe el centro desde la derecha de Iker Muniain. Solo. Esta vez incluso sin portero. Pero la pelota le aterrizó en su pierna mala. En la derecha. Y lanzó alto. "¡Uy!", gritó la grada. El francés se llevó las manos a la cabeza. Por poco. Y entró el partido en una especie de letargo. Eso sí, con esa sensación de que el Nápoles la podía liar en cualquier momento, con un par de toques. Y con la impresión de que el Athletic iba a tener que picar mucha piedra, trabajar mucho, para superar al meta italiano.
Tras el descanso, sin cambios.Y el jarro de agua fría. Un grave fallo en el despeje de Mikel Balenziaga, que jugó a pesar de que el martes no se entrenó, le dejó la diana franca a Hamsik. No tembló el eslovaco. Miedo.Temor. La afición se veía fuera. Callada. Quedaba tiempo, está claro. Restaban más de 40 minutos. Y el Athletic no se descompuso. Sin nervios. A lo suyo. A marcar. Valverde quitó a Beñat, muy destacado, rozando el sobresaliente, y metió a Ibai Gómez. Había que marcar cuanto antes. Aunque el Nápoles tenía el partido en su sitio, como le gusta. Pero surgió un córner desde la izquierda. Sacado a la perfección, y más perfecto, la acción de Gurpegui, que habilita en el área a Aduriz, que solo dispara a gol. Diana, es cierto que toca en Britos. Pero ya se había empatado.
A priori, a la prórroga. La defensa italiana, no obstante, evidenció todo lo que no es una zaga transalpina. Un clamoroso error, da el segundo a Aduriz. Entre Albiol y la Rafael se despistan, y el donostiarra, listo como es, adelanta a los suyos. "¡Athletic, Athletic!". La fase de grupos más cerca, con una Catedral llena, a reventar. Gran noche. De leyenda. Mágica. Sin embargo, con Higuaín, Callejón y compañía no se puede dar nada por sentenciado. Sí, en cambio, con una parte de atrás timorata, mala. E Ibai Gómez sentencia. Eso sí, con un posible fuera de juego posicional de Aduriz. No lo pitó el árbitro, y el de Santutxu, el bilbaíno, anotó el tercero. En la fase de grupos. 3-1. El pase surgió de Unai López, la defensa visitante se para...Y el vizcaíno mató el duelo y el play-off.
Estaba hecho. En trece minutos, tres goles. Quedaban poco menos de veinte minutos. Y el Athletic pudo marcar más. Como Aduriz, que falló a puerta vacía. Pero eso sólo hubiera servido para la estadística. Hubiera sido un broche perfecto a una noche inolvidable, mágica, ya en los libros de historia de un club centenario. El jueves el equipo está en la fase de grupos. Con los grandes. Con los mejores. Enormes futbolistas, que desquiciaron a unos visitantes que dejaron ver su parte más fea al final. Los bilbaínos no han temblado al verse por detrás, y se han lucido cuando han contado con la ventaja. Son unos gigantes, profesionales que ilusionan y lo seguirán haciendo a una afición tremenda, que seguirá disfrutando de la Champions, de esas estrellas que brillaban, sobre fondo rojo, en el exterior de La Catedral. El Athletic está entre los 32 mejores. Clase VIP. Enormes.
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