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Igor Barcia
Jueves, 26 de febrero 2015, 19:04
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Orgullosos por el esfuerzo pero superados por la pegada del Torino. El Athletic ha quedado eliminado en un encuentro vibrante, a cara de perro, de esos que gustan ver pero donde la balanza de la clasificación se ha inclinado hacia un club italiano mucho más acertado de cara al gol. Los de Valverde, con ventaja tras el 2-2 de la ida, han pagado el esfuerzo que han tenido que realizar al verse a cada momento a remolque del rival, que no ha dado un respiro al Athletic ni le ha dejado asentarse en el partido. Cada gol ha sido un golpe del que los rojiblancos se han tenido que levantar, cosa que han hecho en dos ocasiones, pero el 2-3 ha sido insalvable para un equipo roto por el esfuerzo. Su endeblez defensiva ha sido decisiva en esta eliminatoria contra el Torino, que pone punto y final a la trayectoria del club bilbaíno por Europa esta temporada, mucho más corta de lo que hubiera deseado la afición, de diez una vez más al entregarse a sus colores de principio a fin esta noche.
Valverde ha entendido que lo que funciona bien no hay que tocarlo, y por eso ha mantenido el esquema de tres centrales que tan buenos resultados le dio en la segunda parte de la ida. Etxeita, Gurpegui y Laporte han vuelto a formar en defensa, con De Marcos e Iraola como laterales largos para copiar el sistema del Torino, con lo cual el equipo italiano ha tenido muchas dificultades a la hora de generar juego y superar la presión adelantada del Athletic. Los rojiblancos, pese a tener la eliminatoria a su favor con el resultado de la ida, no han especulado y han tenido el control absoluto del encuentro, ante un Torino incapaz en muchos momentos de hilar dos pases seguidos.
El problema es que, al igual que sucedió en la ida, el Torino ha demostrado ser un equipo que necesita muy poco para hacer daño. Y en este caso, ha tenido la colaboración de un Carlos Gurpegui desacertado en una jugada aislada que ha terminado en penalti. Un mal despeje y la posterior falta ha dado como resultado que Quagliarella haya puesto en ventaja a los granas sin apenas haber llegado al área rival. Demasiado duro el marcador para el esfuerzo del Athletic, que ha tardado en recuperarse del golpe. Los de Ventura, por el contrario, se han asentado y han buscado su juego favorito, cerrarse en defensa y lanzarse en rápidas contras en busca del gol, con un Quagliarella que él solo se ha bastado para llevar el miedo a las gradas de San Mamés.
Cuando parecía que el Athletic necesitaba el paso por los vestuarios para aclarar las ideas, tomar aire y pensar en la remontada, ha llegado una excelente jugada que ha tenido el premio del empate. Centro de Beñat e Iraola, con un exquisito control y un sutil toque, ha puesto de nuevo al Athletic con ventaja en la eliminatoria. El problema es que el gol ha tenido un excesivo efecto efervescente en los jugadores de Valverde, que se han revolucionado de tal manera en la recta final del primer tiempo que han permitido al Torino montar una contra en el descuento que ha rematado Maxi López para asestar un segundo golpe todavía más duro que el primero. Un gol con claro recuerdo a la ida, con centro de Darmian y remate del argentino de cabeza.
Tocaba remontar por segunda vez en el partido, y el Athletic ha salido en la segunda parte con las ideas claras. Williams, que había sustituido al lesionado Gurpegui en la primera parte, ha tenido el empate en un remate de cabeza (m.50) que se ha ido al palo. Poco necesitaban los rojiblancos para estimularse, pero ese remate ha sido el empujón que necesitaban para lanzarse en tromba sobre la portería del Torino. Y es que la segunda parte ha sido un ir y venir entre dos equipos -parece mentira que delante estuviera un italiano- que no se han dado tregua. El ritmo del Athletic era tremendo y pese a que los granas aguantaban el pulso, un gran pase de Muniain entre líneas lo ha culminado De Marcos para empatar de nuevo (2-2, m.61).
Faltaba media hora y el partido, totalmente loco, arrancaba de nuevo. Y lejos de tomarse un respiro, el Athletic ha vuelto a copiar lo sucedido en la primera parte. Los de Valverde han querido aprovechar el viento a favor del gol para dar la puntilla al Torino. El problema es que los italianos han encajado mucho mejor que los rojiblancos los goles, y apenas se han descompuesto. Es más, si en la primera parte han tardado cuatro minutos en ponerse de nuevo en ventaja con el 1-2, esta vez han necesitado seis. El Kaddouri, gran jugador, ha centrado desde la izquierda y Darmian, otro futbolista desequilibrante en el Torino, ha cruzado a la red para colocar un 2-3 que ha sentenciado al Athletic. Fundido por el esfuerzo y muy tocado por la pegada del rival, los de Valverde no han bajado los brazos, pero apenas han sido capaces de crear peligro y dar la vuelta a una eliminatoria donde el Athletic se ha vaciado y ha puesto todo de su parte, pero donde se ha encontrado a un enemigo muy bien armado y con más pólvora que los rojiblancos.
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