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Precio de la suscripción 4,95€/mesLa vida le está yendo muy deprisa a Kepa Arrizabalaga. El chaval dejó hace ya unos meses de ser una promesa para convertirse en un portero con mayúsculas. El deseado. Se ha hecho mayor con solo 23 años, más de la mitad de ellos cumplidos en Lezama. Es allí, en el corazón del Athletic, donde lo ha aprendido todo al compás de sus latidos, un guardameta de presente y futuro que ya pertenece al Chelsea tras abonar los 'blues' los 80 millones de euros.
Desde que Kepa debutó en la Primera División hace apenas 23 meses, contra el Deportivo de La Coruña con victoria en Riazor, el guardameta del Athletic ha renovado con la entidad rojiblanca y ha estado en un Mundial con la selección absoluta. Le bastaron 33 partidos en la élite para ponerse bajo los palos de 'La Roja' y estrenarse como internacional contra Costa Rica. Dicho esto, no es de extrañar que en los últimos meses todos los focos hayan apuntado hacia el joven de Ondarroa, un talento con botas y guantes que renovó en enero con el club de sus amores cuando el Real Madrid de Zidane le seguía muy de cerca.
Sin embargo, el técnico francés destrozó una operación que todo el mundo daba por cerrada en la entidad blanca, y Florentino Pérez se encontró con que su deseo, el de contar con la gran promesa española en la portería, saltaba por los aires. No fue al Madrid, y renovó hasta 2025 con una cláusula de 80 millones. Y eso ha pagado el Chelsea.
El 11 de septiembre de 2016 debutó con el Athletic en Riazor –aquella tarde asombró por su madurez– y su trayectoria desde entonces no ha dejado a nadie indiferente. Ahora, tras confirmarse su marcha a Inglaterra, hay quien cree que temblarían los cimientos de Lezama: si un chico vizcaíno, rojiblanco hasta la médula, él y su familia, criado y puesto en pie en la casa donde le salieron los dientes y aprendió todo lo que sabe decide abandonar el hogar enviaría un mensaje demoledor a las generaciones venideras que darían un brazo por jugar en el Athletic. Les vendría a decir algo así como que el sentimiento está bien, muy romántico y bello, pero que hay realidades más atractivas fuera de los muros de San Mamés y también de Lezama.