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Real Madrid - Athletic | Liga Santander Jornada 9

Una clamorosa ocasión perdida

Convertida ya en un martirio, la falta de gol niega la victoria en el Bernabéu a un Athletic muy competitivo

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Miércoles, 1 de diciembre 2021

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Como vivimos en la era del marketing y hay que venderlo todo muy bien, el Real Madrid-Athletic se había puesto en el escaparate como un duelo en la cumbre entre el equipo más realizador y el que menos goles encaja. Pero lo cierto es que el enfrentamiento se podía haber vendido de otra manera: el mayor goleador de la Liga frente al equipo con más problemas para marcar no ya de la Primera División española sino de media Europa. Por no decir entera. Lo de ayer en el Bernabéu fue un auténtico martirio. Lleva muchos años el Athletic saliendo escaldado del coliseo blanco, pero quizá nunca de una forma tan dolorosa y frustrante, tan difícil de digerir, después de hacer tantos méritos y fallar tantas oportunidades ante un Madrid que sólo estuvo a su nivel en los primeros veinte minutos y en la recta final de la primera parte, cuando Benzema hizo el gol que acabó valiendo los tres puntos.

Real Madrid

Courtois; Lucas Vázquez (Nacho, 79'), Militao, Alaba, Mendy; Casemiro, Kroos (Camavinga, 79), Modric (Valverde, 69'); Vinicius, Asensio (Rodrygo, 63') y Benzema

1

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Athletic

Unai Simón; Lekue (Oscar de Marcos, 46'), Unai Núñez, Yeray, Balenziaga; Dani García (Mikel Vesga, 81'), Vencedor (Nico Williams, 63'), Zarraga, Muniain (Berenguer, 70); Raúl García (Sancet, 70'), Williams

  • Gol 1-0 M.40, Benzema.

  • Árbitro Isidro Díaz de Mera Escuderos (colegio castellano-manchego). TA: Zarraga (31'), Lekue (43'). Modric (67'), Casemiro (76'). Iñaki (76').

  • Incidencias Partido aplazado correspondiente a la jornada 9 de LaLiga Santander.

La derrota ante el líder permitió poner el acento en dos cuestiones antagónicas y hasta cierto punto contradictorias. Por un lado, en el hecho de que el Athletic suma ya seis encuentros consecutivos sin ganar, cuatro puntos de dieciocho posibles; una racha preocupante por mucho que Marcelino diga que su equipo está en una buena línea. Y por otro, en la evidencia de que el Athletic es capaz de competir ante cualquier equipo cuando se pone a ello con la actitud necesaria. La realidad es que este equipo parece más fiable en su rendimiento ante los grandes, lo que obligaba ya desde ahora a destacar la importancia extrema del choque del próximo lunes ante el Getafe. Esa es la cita en la que no se puede fallar y en la que los jugadores de Marcelino deben hacer bueno el subidón de autoestima que recibieron ayer a pesar de la derrota. Algunos más que otros, es cierto. Zarraga, por ejemplo, supo reivindicarse y tuvo protagonismo tanto en banda como por dentro. Sancet también estuvo fino cuando saltó al campo y pudo marcar el gol de la noche. Iñaki Williams, por el contrario, se pegó una paliza tremenda, realmente meritoria, pero volvió a ser letal de cara a gol. Letal para su equipo, se entiende.

El arranque del clásico invitó a temerse lo peor para el Athletic, tan incapaz de responder al gran impulso inicial del Madrid que acabó metido en su área de mala manera. Era la estrategia del autobús en toda su expresión. El equipo de Ancelotti, al compás que marcaban Modric y Kroos y con Benzema y Vinicius buscando rendijas entre la compacta tropa rojiblanca, dominaba con absoluta autoridad. De hecho, con más autoridad que verdadero peligro, que sólo llegó en un par de acciones de Benzema. Aún así, el gol del Madrid parecía una simple cuestión de tiempo ante un Athletic agazapado e incapaz de dar dos pases seguidos.

El fútbol, sin embargo, es en ocasiones un juego volátil e impredecible en el que las cosas cambian de repente sin una razón clara y sin que nadie lo espere. Y así ocurrió ayer en el Bernabéu, donde el equipo de Marcelino, pasado el minuto 20, empezó a coger aire y a recobrar el color. A revivir, podríamos decir. En el minuto 22, un pase largo de Muniain golpeó en el hombro de Militao, que corría de espaldas al balón persiguiendo a Williams. El delantero centro rojiblanco alcanzó el balón, pero el defensa brasileño llegó a tiempo para desviar por poco su remate. Fue una pena. Como lo fue, teñida de irritación y de un cierto cansancio histórico, la torpeza de Williams un minuto después desaprovechando un despiste mayúsculo de Alaba.

En esos momentos fue inevitable hacerse las primeras cruces ante las dificultades del Athletic para marcar. Cuando en el minuto 27 Raúl García estrelló un cabezazo muy franco desde el área pequeña contra Courtois hubo que aumentar el ritmo a la hora de santiguarse, como quien necesita espantar una calamidad que ya empieza a intuir y temer. Fueron momentos duros. El equipo de Ancelotti, además, subió sus revoluciones antes del descanso y en el minuto 40 consiguió adelantarse tras una bonita jugada coral en la que, sin embargo, fue necesario un golpe de suerte: el que tuvo Modric para que su defectuosos remate a un rechace de Unai Simón cayera en las botas de Benzema, reconocido verdugo rojiblanco.

La segunda parte fue del Athletic casi por completo. El equipo de Marcelino se desplegó con ambición y buenas ideas ante un Madrid flojo y con serios problemas en su cobertura. Y llegaron las ocasiones, otras cuatro o cinco muy claras: de Nuñez de cabeza tras una falta muy bien puesta por Muniain, de Dani García -se le cruzó Lucas Vázquez-, de Sancet, de Vesga y Yeray, ambos de cabeza... Lo que decíamos: un auténtico suplicio.

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