«Vi a un coche parar, a un hombre salir de él y después saltó dos vallas. En ese momento, y desde la distancia, no identificas quién es realmente. Salí corriendo, lo alcancé por la espalda y le tiré al suelo». Es el relato a EL CORREO del guardia de seguridad que el 10 de septiembre de 2012 primero interceptó y luego permitió el acceso a
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