El uno a uno del Elche-Athletic: Nico Williams, el mejor

Vivió tranquilo el meta alavés, sobre todo en una primera parte en la que tardó casi media hora en tocar el primer balón. De sus botas nació el gol de Berenguer y en el de Ponce estaba vendido. Detuvo en dos tiempos un remate de Boyé y abortó un peligroso centro lateral. Solvente.

No pasó apuros el lateral. Estuvo en su sitio, interceptó los pocos balones que circulaban por su zona y tuvo una actuación aseada, sin riesgos. No se prodigó mucho en las labores ofensivas, aunque tampoco le hizo falta subir en exceso porque el partido quedó pronto sentenciado.

El ‘kaiser’ volvió a jugar un partido oficial después de tres meses de ausencia. No se le notó la falta de ritmo. Abrió el partido con dos faltas rápidas que sintieron los atacantes del Elche. Anuló a Boyé, del que estuvo pendiente, y cortó un centro que llevaba veneno (m.54). Está de vuelta.

Nada más empezar, el central cabeceó un balón que dio en la mano de un defensor. Pidió penalti sin lograrlo. Estuvo fuerte en los duelos, pero cometió un grave error que el Athletic pagó con el gol de Ponce. Quiso recortar a Boyé y este le robó la cartera. Una relajación impropia de él.

Las bajas de Yuri y Balenziaga le siguen dando minutos en el lateral izquierdo. No se le vio mucho. Apenas tuvo presencia ofensiva mientras que en defensa sufrió con una jugada de Lirola, quien se fue del bilbaíno con facilidad pero su pase de la muerte no lo aprovechó Ponce.

Fue titular por primera vez en lo que va de temporada e hizo bien su trabajo. Sin errores, en su sitio, ‘limpiaba’ la zona de incursiones enemigas. Solidario con los centrales y tareas defensivas, el guipuzcoano salvó un gol antes de ser relevado por Vesga. Cumplió en su regreso al once.

De nuevo situado como interior, esta vez junto a Dani García, el navarro trabajó sin parar en la medular y sufrió varias entradas duras de los medios del Elche. Asumió la responsabilidad de tirar el penalti y lo convirtió con clase. El gol le viene de maravilla para crecer y seguir confiando en su fútbol.

Tuvo protagonismo en las propuestas ofensivas del equipo, pero le faltó el premio del gol. Recibió un pase de la muerte de su hermano y lo desperdició ante Badía. Eso sí, dio el pase a Nico que acabó en la jugada de penalti y puso un gran centro que Berenguer remató al palo. Fue sustituido por Morcillo.

De sus botas salió la jugada que acabó en el centro de Berenguer y el autogol de Nico Fernández. Marcó en la recta final de la primera parte, pero el tanto fue anulado por el fuera de juego del propio Berenguer. Badía le sacó un cabezazo y Bigas vio una amarilla por tirarle. Muy participativo.

Está en un buen momento el de Barañain. Disfruta en el campo, se atreve y eso se nota. Puso el centro que supuso el 0-1 y poco después sacó una amarilla a Mascarell. Aprovechó un error de Enzo Roco para marcar de una bonita volea, lo que se tradujo en su tercera diana en la Liga, y en la segunda parte estrelló un balón en el palo.

Gran partido del extremo, quien venía de una mala actuación ante el Espanyol. Provocó el penalti que transformó Sancet, luego marcó un golazo con la zurda para estrenar su cuenta en la Liga, dio un pase de la muerte que no aprovechó Iñaki Williams, no paró de desbordar y tuvo que pedir el cambio por agotamiento.

Tiene fútbol, frescura y mira la portería rival. Cuando puede remata y así lo hizo en un disparo que despejó Badía.

Entró por Sancet y se limitó a controlar el fútbol del equipo. No dispuso de balones para probar suerte de cara a Badía.

Dispuso de los últimos 12 minutos y anduvo a la caza del gol que no llegó.

Volvió a jugar los minutos finales, pero no tuvo incidencia en el desarrollo del partido.

Iñigo Martínez recuperó su sitio en el once por la gripe de Yeray y rindió a un buen nivel. No se le notó la inactividad ni la lesión de rodilla. El central está de vuelta y parece difícil que alguien le saque del once.

El error que cometió en el gol del Elche no es propio de un central que juega siempre concentrado y que jamás se va del partido. Tal vez la gran ventaja en el marcador le hizo relajarse por un segundo.